martes, 21 de mayo de 2019

Acepta la gracia y vive para Él


Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús. 
Romanos 8:1. NVI.

Lectura: Romanos 8:1-17. Versículo del día: Romanos 8:1.

MEDITACIÓN DIARIA

Este versículo fue de los primeros que me enseñaron cuando recibí al Señor en mi vida y en verdad afianzó mi fe en Él y en la promesa de una vida eterna a su lado. El Señor Jesús vino a darnos vida. La ley del Espíritu de vida me ha liberado de la muerte y del pecado. Por eso Dios envió a su Hijo, para que se ofreciera por el pecado (vv. 2-3), y nosotros al aceptar su sacrificio y muerte en la cruz, confesándolo con nuestra boca (Romanos 10:9-10), quedamos libre de ese peso. ¡Gloria a Dios! Ahora vivimos según el Espíritu y no dominados por la naturaleza pecaminosa (v. 4).
Ya que somos creaciones nuevas, comportémonos como lo que decimos que somos: permitamos que sea el Espíritu de Dios el que controle nuestra mente para que tengamos vida y paz. Ya fuimos declarados justos a los ojos de Dios. (vv. 6b y 10). Tienes que tener la firme convicción de que ya perteneces a Cristo Jesús y por lo tanto todos, absolutamente todos tus pecados han sido perdonados. El Señor murió por nuestros pecados hace dos mil años; ni siquiera tú o yo habíamos nacido, pero ya nos conocía de antemano y por esos pecados Él fue clavado en esa horrenda cruz. Acepta ahora sin reparo alguno, la gracia que te ofrece y vive para Él.

Amado Señor Jesús: gracias porque Tú sin ser pecador cargaste con todo el peso de nuestra transgresión y rebeldía. Tu divina gracia es la que ahora nos faculta para seguirte y hacer morir la carne que aún brota en nosotros. Gracias Papito Dios porque nos adoptaste como tus hijos y queremos ser obedientes a tu Palabra para hacernos dignos de pertenecer a tu familia celestial. ¡Alabado sea por siempre tu Nombre! ¡Toda la gloria y honor sean para Ti Señor Jesús!

Un abrazo y bendiciones.

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