sábado, 11 de mayo de 2019

Muerte es separación; regalo: salvación


Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor. 
Romanos 6:23. NVI.

Lectura: Romanos 6:1-23.  Versículo del día: Romanos 6:23.

MEDITACIÓN DIARIA

Cuando Adán y Eva desobedecieron en el Edén, la relación con Dios se interrumpió. Todos quedamos separados de Él. Hay un gran abismo entre Dios que es santo y el hombre que es pecador. El hombre ha tratado de llegar a Dios a través de diferentes medios como la religión, la filosofía, las buenas obras, etc., y no ha logrado conseguirlo porque no es el hombre llegando a Dios, sino Dios llegando al hombre. La cruz es el puente que Dios permitió, en su Hijo Jesucristo. Él dijo ser el camino para llegar al Padre; Él es la verdad y es la vida (Juan 14:6). Recordemos lo que Jesús nos aclaró: “No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes”. Eso corrobora que fue el mismo Señor buscándonos y llegando hasta nosotros.
Sabiendo que somos pecadores y que estamos separados, no nos queda más que acogernos al único camino que tenemos por delante: Jesucristo. Dice la Biblia en Juan 1:12: “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios”. Recibimos a Cristo por fe, mediante una oración donde le expresamos el deseo sincero de entregarle nuestra vida. Te sugiero la siguiente para que tengas el regalo de una vida eterna a su lado:

Señor Jesús: Yo te necesito y te abro la puerta de mi vida para aceptarte como mi Señor y Salvador personal. Yo creo que Eres el Hijo de Dios muerto por mis pecados y resucitado para darme vida eterna Contigo. Toma el control de mi vida y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias por perdonarme y limpiarme. En tu Nombre Jesús, amén.

Un abrazo y bendiciones.


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