Con temor y asombro ellos se decían unos a otros: ¿Quién es este, que manda aun a los vientos y al agua, y le obedecen?
Lucas 8:25. NVI.
Lectura: Lucas 8:22-25. Versículo del día: Lucas 8:25.
MEDITACIÓN DIARIA
La lectura se refiere al episodio donde Jesús calma la
tormenta. Es hermoso saber que nosotros tenemos al mismo Jesús de hace más de
dos mil años en nuestros corazones. La majestad y soberanía de nuestro Señor no
ha cambiado ni cambiará para nada. Esa es la certeza que tenemos. El mismo
Jesús que se paseó por las calles de Galilea, ahora se pasea por nuestras vidas.
Vidas que quizá también están llenas de tormentas y aguas turbulentas.
“Entonces se desató una tormenta sobre el lago, de
modo que la barca comenzó a inundarse y corrían gran peligro” (v. 23). Tal vez estás
en medio de la tormenta y comienzas a hundirte. Jesús igual puede venir en tu
rescate: no solo es capaz de calmar la tempestad del clima sino también la
ocasionada por los vientos y las lluvias que atacan nuestras áreas espiritual y
física. Ve a Jesús, despiértalo porque hace tiempo lo dejaste y ahora tienes
miedo. Él con solo una palabra puede reprender los vientos y las olas que
golpean en tu vida. Él lo hará.
Amado Señor: en este mundo confuso y caótico nos
enfrentamos a crisis económicas, emocionales, físicas y espirituales. Perdónanos
porque te hemos tenido como a un Dios latente y olvidado. Hoy necesitamos de tu
ayuda y te pedimos humildemente que vengas a calmar estas dolencias que únicamente
Tú puedes parar. Gracias porque te reconocemos como el Dios Soberano y Poderoso
que Eres. Solamente Tú Señor pones fin a esta zozobra en nuestras vidas.
Gracias por hacerlo buen Dios. Descansamos en Ti. ¡La victoria es tuya!
Un abrazo y bendiciones.
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