Yo sé que el Señor, nuestro Soberano, es más grande que todos los dioses.
Salmo 135:5. NVI.
Lectura: Salmo 135:1-21. Versículo del día: Salmo 135:5.
MEDITACIÓN DIARIA
No solamente es
el más grande de cuanto dios existe; es que no hay otro igual. Él es el Único y
Verdadero Dios. “Tu nombre, Señor, es eterno; tu renombre, por todas las generaciones”
(v. 13). Todos los que se hacen ídolos o los tienen, deberían mirar este pasaje:
“Los ídolos de los paganos son de oro y plata, producto de manos humanas. Tienen
boca, pero no pueden hablar; ojos, pero no pueden ver; tienen oídos, pero no
pueden oír; ¡ni siquiera hay aliento en su boca!”. (vv. 15-17).
Para ti, ¿quién es tu Dios? ¿El carro, la plata, el
poder, la posición? O quizá: ¿tu padre, tu cónyuge o tu hijo? ¿Más bien te
inclinas por la lotería o el horóscopo? Y si es determinado santo o figura así sea
de oro o plata ¿pueden hablar, ver u oír? Todos los paganos o necios van en
busca de ellos. No son nada más que figuras falaces y mira lo que dice el versículo
18: “Semejantes a ellos son sus hacedores y todos los que confían en ellos”.
Satanás es el padre de la mentira y le fascina suplantar a Dios porque eso es
lo que quiere: pleitesía y honra. Reflexiona y pregúntate: ¿quién es mi Dios?
Quizá creas que por seguir una religión y tener uno que otro ídolo no estás
pecando. Pero no es así. El Señor Jesús le reafirmó a Satanás: “Las Escrituras
dicen: Sólo al Señor tu Dios adorarás, y solamente a él le obedecerás” (Mateo
4:10 NBV). “A ese Dios, el único sabio, sea la gloria por siempre a través de
Jesucristo. Amén” (Romanos 16:27 BLPH).
Amado Señor Jesús: Creemos, confesamos, declaramos y proclamamos
que Tú Eres el Verdadero Hijo de Dios lleno de gracia y de verdad. Que moriste
en una cruz por nuestros pecados y por el poder del Espíritu de Dios te
levantaste de entre los muertos para venir a darnos vida y vida eterna por
siempre a tu lado. Permite Señor que nunca se nos olvide de dónde nos
rescataste para no volver hacia atrás; y para que persistentemente te tengamos
en el primer lugar como lo deseas y lo mereces. Queremos amarte con toda la
mente, el corazón y el alma. ¡La gloria sea solamente para Ti buen Dios y
Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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