Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.
Romanos 8:38-39.
Lectura: Romanos 8:38-39. Versículos del día: Romanos 8:38-39.
MEDITACIÓN DIARIA
No importa cómo nos sintamos ni lo que quizá se nos
reproche: “Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de
quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito” (v. 28).
Así es: Nuestro buen Maestro y Salvador siempre sacará la cara por nosotros. “¿Qué
diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en
contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por
todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las
cosas?” (vv. 31-32). No hay quien nos acuse ni quien nos condene porque Cristo
Jesús murió, resucitó y está a la derecha del Padre intercediendo por nosotros
(vv. 33-34). ¡Gloria a su Nombre! Bien claro está: Nada, nada podrá separarnos
de su amor: “¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la
angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia?”
(v. 35).
Gracias Señor porque Contigo somos más que vencedores.
Enséñanos a entender en su plenitud esta verdad. Que no sea solamente por
emoción, por tradición, porque otros nos lo dicen; que sea porque en nuestro
pensamiento y corazón te tenemos a Ti quien Eres la fuente de inmensa Gracia.
Gracias buen Dios, porque lo abarcas todo: el futuro, el presente y el porvenir
de estar por siempre bajo tus brazos en la inmensa eternidad. Gracias por tanto
amor derramado.
Un abrazo y bendiciones.
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