martes, 31 de julio de 2012

La belleza interior


Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza.  
 Proverbios 31:30.

Lectura diaria: Proverbios 31:10-31.  Versículo principal: Proverbios 31:30.

REFLEXIÓN

No se puede decir que encontrar  encanto y  gracia en cualquier persona no es agradable y más cuando se trata de una mujer.  Aun así, los hombres no solo se fijan en estos dones y la belleza cuando buscan una relación seria, sino que, escudriñan en el interior para saber a ciencia cierta si es la mujer con la que quieren formalizar un hogar y la que será la madre de sus hijos. 
Se ven a diario mujeres poco atractivas físicamente pero que tienen un encanto interior que brota a borbotones.  Su simpatía y don de gentes junto con su personalidad arrolladora tapa cualquier defecto físico.  Ahora, la Biblia aquí nos dice que: “la mujer que teme al Señor es digna de alabanza”.  Esto nos hace ver el panorama de la mujer de otra manera: no solamente importan todos sus encantos porque por encima está el temor a Dios y es el que hay que buscar a costa de lo que sea.
Estoy segura que los hombres rebuscarán una mujer agraciada pero temerosa de Dios y es porque esta es la mejor carta de presentación y sobre la que ellos pueden vivir más confiados, sabiendo que su integridad siempre va a estar inspirada por el Señor y va a querer agradarle a Él haciendo lo mejor para llevar consigo lo que implica un hogar. De ahí la importancia entre los creyentes de obedecer el mandato de no casarse en yugo desigual.
Recordemos a la reina Ester.  Su caso es excepcional porque Dios la utilizó para que sirviera de mediadora entre su pueblo y el rey Asuero y así librar al pueblo judío del exterminio.  Ester llegó a ser escogida como reina no solo por su belleza física porque con ella compitieron muchas mujeres hermosas, pero poseía la belleza que provenía de su interior; “la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible” (1 Pedro 3:4b).  La belleza marcada por las enseñanzas de su primo Mardoqueo quien la adoptó como su hija, e inspirada en las Escrituras que aprendió a su lado. 
Sí muy bonito adornarnos con peinados, joyas y vestidos finos para agradar primero que todo a nuestros esposos; pero muy seguramente, se ufanarán muchísimo más si a su lado llevan a su mujer como la ayuda idónea que Dios ha preparado para ellos.  La mujer que se adorna en su interior con la sabiduría espiritual porque esta no es pasajera, ni se marchita ni se arruga;   la belleza que es más valiosa que las piedras preciosas (v. 10b).

Amado Señor: permite que como  mujeres reine la belleza incorruptible de un corazón integro y respetuoso, para que los hogares se adornen con la joya espiritual de tu sabiduría y seamos el orgullo para nuestros esposos y el ejemplo para nuestros hijos.  

Un abrazo y bendiciones.

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