Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta, y el Señor te lo recompensará.Proverbios 25:21-22.
Lectura: Proverbios
25:1-28. Versículos del día: Proverbios
25:21-22.
MEDITACIÓN DIARIA
Es cierto que muchas
veces sin querer tenemos enemigos; los recibimos a priori sin estar buscándolos
ni tener el menor conocimiento de ellos.
Sea por A, por B, o por C, no tenemos justificación para guardar rencor
en nuestro corazón. Nuestro deber es perdonar y dejar que sea el Señor mismo
quien restaure el daño causado.
No somos responsables
de las heridas producidas, pero sí de las reacciones por ellas. No es fácil,
pero el Señor se encargará de borrar todas las cicatrices sufridas. Cuando lo hacemos recibimos sanidad espiritual
y en muchas ocasiones sanidad física, ya que muchas enfermedades se dan por
falta de perdón.
Así que si tenemos la
oportunidad de brindarle al enemigo un favor, nuestro deber es hacerlo. No
dudemos en tenderle la mano al que nos ha hecho daño; Dios, que no se queda con
nada guardado, sabrá recompensarlo grandemente. Recordemos que hasta nuestro
enemigo necesita amor.
Amado Señor: No
permitas que en nuestro corazón broten raíces de amargura por falta de perdón. Enséñanos
a perdonar como lo haces tú con nosotros, y a ser sensibles ante la adversidad
ajena, así sea nuestro enemigo más inhumano.
Gracias Señor por aceptarnos como tus hijos amados. Renueva nuestra
mente y espíritu para gozar de tus bendiciones.
Un abrazo y
bendiciones.
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