El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor.1 Corintios 13:4-5.
Lectura: 1 Corintios
13:1-13. Versículos del día: 1 Corintios
13:4-5.
MEDITACIÓN DIARIA
El amor que nos
describe este capítulo de Corintios es el perfecto. Sin embargo, ¡cuánto cuesta
tener esta clase de amor! Por lo
general, lo que más lo empaña es la envidia. Al respecto, he podido observar mujeres que les gusta ser el centro de atracción
siempre, y cuando otra que las supera en belleza y personalidad surge, entonces
quieren menospreciarla, y se empieza por envidia a hablar de ella sacando
defectos a diestra y siniestra, solo por el hecho de querer apabullarla. ¡Qué
tristeza! No se dan cuenta que el daño
mayor se lo están haciendo ellas mismas. Lo más crítico, considero, es que algunas tratan
de apaciguar sus sentimientos ofreciendo ayuda a otros, pero como dice aquí en
la lectura: “Si reparto entre los pobres todo lo que poseo,… pero no tengo
amor, nada gano con eso” (v. 3). Muy seguramente sus corazones están llenos de
amargura, orgullo, rudeza y quieren apaciguar su conducta de esa manera. No nos
dejemos contaminar por el odio, el egoísmo, el rencor ni el enojo: “El amor no
se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad” (v. 6).
El amor es virtud, es
fruto, es don y el más excelente de todos. Definitivamente no somos nada, si no
tenemos amor. Alcanzar el amor descrito
en 1 Corintios 13, no es fácil; pero debemos cada día buscar la excelencia y
dentro de la excelencia indudablemente está el amor. Es el segundo mandamiento
más importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39).
Amado Señor: El amor
perfecto es el que tú nos ofreces.
Permite que en nuestros corazones brote ese mismo amor tuyo para amar al
prójimo como deseas que lo hagamos. El amor es el camino más excelente que nos
espera, enséñanos a conducirnos por él.
Un abrazo y
bendiciones.
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