martes, 20 de mayo de 2014

La bendición de Dios impera sobre el mal




Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete ni lleva a cabo lo que dice?  Se me ha ordenado bendecir, y si eso es lo que Dios quiere, yo no puedo hacer otra cosa. 
Números 23:19-20.

Lectura: Números 23:1-26.  Versículos del día: Números 23:19-20.

MEDITACIÓN DIARIA

Siguiendo con la historia de Balán, nosotros, somos ahora el pueblo que le pertenece a Dios. Somos su nación santa, su real sacerdocio, su linaje escogido (1 Pedro 2:9) ; y al igual que el Señor peleaba por el pueblo de Israel, ahora lo hace con quienes hemos decidido ser sus hijos.  Lo que Dios dice lo cumple; le dijo a Balán que Israel era un pueblo bendito y no dejaría pronunciar sobre ellos ninguna maldición (Números 22:12), y así lo cumplió. “la maldición sin motivo jamás llega a su destino” (Proverbios 26:2b).  Cuando tenemos a Dios de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? (Romanos 8:31).
“Contra Jacob no hay brujería que valga, ni valen las hechicerías contra Israel”. (v. 23a en la lectura).  Cambiemos el ‘Jacob’ y el ‘Israel’ por nuestro nombre.  Esta es la certeza que tenemos: Dios siempre estará ahí para bendecirnos y no dejará que nadie ni nada nos atemorice, ni que recaigan las malas intenciones de otros para hacernos mal. El Señor Jesús nos cubre con su sangre y Satanás no puede pasar por encima de ella.  ¡Gloria a Dios!  La bendición de Dios impera sobre el mal y nos llena, nos reconforta y nos libra del enemigo.

Amado Señor: Muchas gracias porque nos das la convicción de que eres un Dios protector, que siempre a pesar de nuestras caídas estás a nuestro lado y que nadie absolutamente nadie nos puede hacer daño o separarnos de tu amor infinito.  ¡Te amamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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