jueves, 29 de mayo de 2014

¡Exaltemos a una su Nombre!




Busqué al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores. 
Salmo 34:4.


Lectura: Salmo 34:1-22.  Versículo del día: Salmo 34:4.

MEDITACIÓN DIARIA

Mi hermano que vive en el Eje Cafetero, fue intervenido ayer quirúrgicamente en una cirugía igual a la mía. No sé si la artrosis de cadera es hereditaria, pero mi padre y nosotros tres, ya fuimos operados.  Mi hermano tenía muchísimo temor frente a la clínica, cirujano y anestesiólogo ya que nunca había pasado por un quirófano. Estuvimos orando con familiares y amigos, y gracias a Dios todo salió muy bien. Él buscó al Señor y el Señor lo escuchó: le dio paz, confianza y tranquilidad. Esta mañana al hablar con él me pidió el favor que hiciera el devocional en agradecimiento al Señor por haber sentido su protección en todo el proceso.  No solo tengo que darle gracias por lo hecho con mi hermano sino también conmigo y todos nosotros.
Por su misericordia tan grande, su amor incondicional, su bondad inmensa: “Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán.  Mi alma se gloría en el Señor; lo oirán los humildes y se alegrarán” (vv. 1-2).
A tantos que no confían en Él, que están viviendo circunstancias adversas llámense de salud, de finanzas, de sentimientos, les digo con mi corazón: “Prueben y vean que el Señor es bueno; dichosos los que en él se refugian” (v. 8).  Sí, ¡vengan, búsquenlo que Él se deja encontrar!   Quien se acoge bajo sus brazos no quedará defraudado.  “El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido.  Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas” (vv. 18 y 19). No podemos negar que vivimos en un mundo lleno de aflicciones y de angustias, pero tenemos al Más Grande que aboga por nosotros. 
“Engrandezcan al Señor conmigo; exaltemos a una su nombre” (v. 3).

Amado Señor: Muchas gracias por mirarnos con ojos de amor y ternura; muchas gracias por saber que estas alrededor nuestro para librarnos del mal; gracias porque aunque nosotros no somos fieles contigo, Tú sigues igual, sin cambiar y mostrando tu misericordia cada mañana.  Renovando nuestras fuerzas en cada nuevo amanecer.  ¡Gracias buen Señor!  Eres tan bueno que nos faltan palabras para agradecerte tanta bondad.

Un abrazo y bendiciones.

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