Busqué al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores.Salmo 34:4.
Lectura: Salmo
34:1-22. Versículo del día: Salmo 34:4.
MEDITACIÓN DIARIA
Mi hermano que vive en
el Eje Cafetero, fue intervenido ayer quirúrgicamente en una cirugía igual a la
mía. No sé si la artrosis de cadera es hereditaria, pero mi padre y nosotros
tres, ya fuimos operados. Mi hermano
tenía muchísimo temor frente a la clínica, cirujano y anestesiólogo ya que
nunca había pasado por un quirófano. Estuvimos orando con familiares y amigos,
y gracias a Dios todo salió muy bien. Él buscó al Señor y el Señor lo escuchó:
le dio paz, confianza y tranquilidad. Esta mañana al hablar con él me pidió el
favor que hiciera el devocional en agradecimiento al Señor por haber sentido su
protección en todo el proceso. No solo
tengo que darle gracias por lo hecho con mi hermano sino también conmigo y
todos nosotros.
Por su misericordia tan
grande, su amor incondicional, su bondad inmensa: “Bendeciré al Señor en todo
tiempo; mis labios siempre lo alabarán. Mi alma se gloría en el Señor; lo oirán los
humildes y se alegrarán” (vv. 1-2).
A tantos que no confían
en Él, que están viviendo circunstancias adversas llámense de salud, de
finanzas, de sentimientos, les digo con mi corazón: “Prueben y vean que el
Señor es bueno; dichosos los que en él se refugian” (v. 8). Sí, ¡vengan, búsquenlo que Él se deja
encontrar! Quien se acoge bajo sus
brazos no quedará defraudado. “El Señor
está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido. Muchas
son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas” (vv. 18 y
19). No podemos negar que vivimos en un mundo lleno de aflicciones y de
angustias, pero tenemos al Más Grande que aboga por nosotros.
“Engrandezcan al Señor
conmigo; exaltemos a una su nombre” (v. 3).
Amado Señor: Muchas
gracias por mirarnos con ojos de amor y ternura; muchas gracias por saber que
estas alrededor nuestro para librarnos del mal; gracias porque aunque nosotros
no somos fieles contigo, Tú sigues igual, sin cambiar y mostrando tu
misericordia cada mañana. Renovando
nuestras fuerzas en cada nuevo amanecer.
¡Gracias buen Señor! Eres tan
bueno que nos faltan palabras para agradecerte tanta bondad.
Un abrazo y
bendiciones.
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