sábado, 9 de septiembre de 2017

Escucha mi plegaria Padre amado

Pero el día del Señor vendrá como un ladrón. En aquel día los cielos desaparecerán con un estruendo espantoso, los elementos serán destruidos por el fuego, y la tierra, con todo lo que hay en ella, será quemada. 
2 Pedro 3:10.

Lectura: 2 Pedro 3:1-18.  Versículo del día: 2 Pedro 3:10.

MEDITACIÓN DIARIA

Leyendo esta segunda Carta del apóstol Pedro y viendo todos los acontecimientos que están pasando, sin estar segura como muchos otros de que se acerca el día en que el Señor vendrá, pienso de todas maneras que es bueno tener en cuenta lo que aquí se nos dice: “Por eso, queridos hermanos, mientras esperan estos acontecimientos, esfuércense para que Dios los halle sin mancha y sin defecto, y en paz con él. Tengan presente que la paciencia de nuestro Señor significa salvación” (vv. 14-15). Y es que en estos casos el hombre tiende a cuestionar a Dios en vez de entender que todo esto acontece porque Él en su infinita misericordia, espera a ver si por fin el ser humano le reconoce como Dios, se arrepiente de sus pecados y acepta la obra redentora de su Hijo Jesucristo.
Para nosotros, los creyentes, nos exhorta: “Así que ustedes, queridos hermanos, puesto que ya saben esto de antemano, manténganse alerta, no sea que, arrastrados por el error de esos libertinos, pierdan la estabilidad y caigan. Más bien, crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (vv. 17-18). Más claro no nos puede hablar su Palabra.
El Señor permita que este devocional llegue no solo a mis hermanos en la fe, sino a amigos, conocidos y familiares que aún no reconocen a Jesús de Nazaret como el Salvador de sus vidas.

Amado Dios: Perdona el pecado de esta tierra. En tu infinita misericordia te ruego que abras los ojos y los oídos de todos aquellos que están cegados y sordos espiritualmente. Buen Señor, que entiendan que eres el Creador del universo Poderoso y Soberano. Que eres paciente esperando que el corazón endurecido de los hombres se torne sensible y vuelva los ojos hacia Ti, aceptando el gran amor que tuviste al enviarnos a tu Hijo para morir por nuestros pecados. Gracias Padre por escuchar esta plegaria. ¡A Ti sea la gloria y la alabanza ahora y para siempre!

Un abrazo y bendiciones. 

No hay comentarios: