jueves, 7 de septiembre de 2017

Acatamos tu soberanía Señor

Depositen en en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes. 
1 Pedro 5:7.

Lectura: 1 Pedro 5:1-11.  Versículo del día: 1 Pedro 5:7.

MEDITACIÓN DIARIA

Es difícil a veces estar completamente calmados. El Señor que nos conoce no nos juzga por esto pero sí quiere que depositemos en Él todo lo que nos esté causando angustia o estrés. En momentos como los actuales, donde la furia de la naturaleza se hace sentir fuertemente es cuando en verdad debemos recurrir al que es Poderoso para calmar vientos y tempestades.
Tengo que reconocer que yo he estado estresada. Donde primero se me nota esto es en mi rostro. No solamente es la llegada del Huracán Irma; ayer nació mi segundo nietecito y bueno, ha tenido un poquito de dificultad para respirar. Sabemos que Dios está al tanto del bebé y sin embargo, mi fe se disminuye. Me siento agotada, cansada como si hubiese andado miles de kilómetros. El ajetreo de organizar la salida de casa; el viaje de por sí largo con tanto tráfico en la carretera; la incertidumbre de si tenemos que seguir hacia arriba donde no llegue Irma. Esto sin tener en cuenta a mi precioso bebé nacido. Llega el momento en que como ahora le digo al Señor: ‘me rindo, sigue Tú por mí porque mis fuerzas no dan más’. Pero oigo una voz en su Palabra que me dice que es ahí, cuando tengo que estar alerta y no dejarme engañar por el enemigo. Él va a usar mi debilidad para hacerme dudar y quebrantar mi fe (v. 8).
Mi buen Dios me responde como siempre: aquí estoy a tu lado; no te dejaré ni te desampararé. Yo mismo te restauraré y te haré firme, fuerte y estable (v. 10). Solo confía en mí y sigue adelante.

Amado Señor: Gracias por tenerte conmigo. Gracias por ofrecerme tu amor incondicional y por ser mi Torre fuerte. Oro buen Dios por la salud del bebé y porque tengas misericordia de esta tierra. Oro por todos los que ya se han afectado con la furia de ese huracán y por los damnificados de Houston. En tus manos está mi Señor detenerlo; pero si es tu voluntad que siga, acatamos tu soberanía. Haznos entender el camino que debemos seguir. ¡Bendito eres por toda la eternidad!

Un abrazo y bendiciones.

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