Todo está permitido, pero no todo es provechoso. Todo está permitido, pero no todo es constructivo.1 Corintios 10:23.
Lectura: 1 Corintios
10:23-33. Versículo del día: 1 Corintios 10:23.
MEDITACIÓN DIARIA
Bueno, si es en
cuestión de comida, vestido, hábitos y costumbres de quienes están al lado, no
solamente tenemos que pensar en el ‘yo’; tenemos que ser bondadosos y
misericordiosos con ellos y por el testimonio mismo nuestro, ofrecerles nuestra
comprensión: “Que nadie busque sus propios intereses sino los del prójimo” (v.
14).
Ahora yo quisiera
hablar algo más profundo sobre este versículo: en el Señor somos libres y
Cristo vino a darnos precisamente esa libertad. Sin embargo, no podemos dejar
que esa libertad que nos quitó el yugo del pecado, ahora se convierta en
libertinaje. “El término 'libertinaje' se utiliza para hacer referencia a
aquellas conductas y comportamientos considerados inmorales, que no respetan la
ley y que tienen por objetivo la búsqueda del placer inmediato sin importar las
consecuencias o el modo que tales conductas afectarán al resto de los miembros
de la sociedad” (Definición ABC). En Cristo somos libres; libres para
agradarle, para alabarle y adorarle. No podemos cambiar esa libertad por
aquello que aunque se pueda hacer, nos traiga consecuencias. La libertad
engrandece y el libertinaje envilece. Hay que avanzar en el resto del versículo:
“pero no todo es constructivo”. Y cuando haya alguna indecisión sobre si
hacerlo o no, preguntarnos: ¿Me
conviene?, ¿me edifica?
Hace tiempo me
enseñaron que cuando tenga duda acerca de si algo es bueno o malo, me
preguntara: ¿esto va a enaltecer al Señor?, ¿el Señor lo haría?, ¿vale la pena hacerlo? Si
somos sinceros muy seguramente llegaremos a la conclusión que mejor será no
hacerlo. En el capítulo 6 de esta misma Carta dice: “Todo me está permitido,
pero no todo es para mi bien. Todo me está permitido, pero no dejaré que nada
me domine” (v.12). Así que si no es para mi bien, si no me edifica, si no soy
capaz de dominarlo, es porque no me sirve. Creo que aquí entra a jugar mucho el
papel de un devocional pasado porque por más que nos sintamos firmes si le
damos la oportunidad al enemigo, él gustoso nos hará caer.
Amado Señor: Desde el
momento que te aceptamos en nuestras vidas, nos comprometimos a ser uno Contigo.
No queremos dejarnos llevar por las cosas que el mundo nos ofrece para
complacer la carne que aun mora en nosotros y defraudarte. Permite que tu Santo
Espíritu nos inunde con su Presencia y nos llene del fruto del dominio propio
para no caer y seguir siendo fieles a Ti. ¡Gracias buen Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
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