lunes, 30 de mayo de 2016

¡Ese es tu amor! Queremos alcanzarlo




El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. 
1 Corintios 12:8.


Lectura: 1 Corintios 12:1-13.  Versículo del día: 1 Corintios 12:8.

MEDITACIÓN DIARIA

Siempre hablamos mucho sobre este capítulo pero quizá no habíamos notado la importancia tan grande del amor; tanto que no importa ni siquiera el conocimiento. Con esto nos demuestra Dios, que por más que se tengan todos los demás dones mientras no se tenga amor, de nada sirve.
Y es que ofrecer la clase de amor que nos describe la Biblia no es fácil. El amor tiene que estar dispuesto a darlo todo. Por ejemplo en una relación: no se puede esperar que sea la otra persona quien ame primero para de igual manera responder. Es muy cierto el dicho que si en el caso de las mujeres queremos que nos traten como reinas, debemos empezar por tratar a nuestro cónyuge como rey. Con frecuencia pedimos mucho, pero no ofrecemos nada. La Nueva Traducción Viviente nos describe más claro estos versículos. “El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas. No se alegra de la injusticia sino que se alegra cuando la verdad triunfa. El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia” (vv. 4-7 NTV). Si hay que bajarnos a la estatura de la persona que está a nuestro lado, tenemos que hacerlo porque esto es el amor.
La pregunta es, si estamos dispuestos a dar esta clase de amor. Reflexionemos sinceramente y cuando creamos que los demás no nos miran con ojos de agrado, recapacitemos si cada uno en particular, estamos dándolo todo para brindar el amor que Dios quiere que ofrezcamos.

Amado Señor Jesús: El amor que nos describes es la misma esencia tuya. Es el amor incondicional que nos diste sin pedir nada a cambio, Perdona nuestro atrevimiento si queremos asemejarnos para lograr alcanzarlo. No lo hacemos Señor por irrespeto sino porque sabemos que eres feliz cuando cumplimos tu voluntad, y deseas que cada día nos parezcamos más a Ti. Enséñanos ese tu amor buen Señor, ¡queremos alcanzarlo!

Un abrazo y bendiciones.

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