viernes, 4 de diciembre de 2015

Preparados para recibir al novio

Me deleito mucho en el Señor; me regocijo en mi Dios. Porque él me vistió con ropas de salvación y me cubrió con el manto de la justicia. Soy semejante a un novio que luce su diadema, o una novia adornada con sus joyas 
Isaías 61:10.

Lectura: Isaías 61:1-11.  Versículo del día: Isaías 61:10.

MEDITACIÓN DIARIA

Sí, así es. Nos regocijamos porque tenemos el pleno convencimiento que nos presentaremos ante al Señor con ropas lavadas y purificadas con su preciosa sangre. El luto, la tristeza y el dolor quedaron atrás cuando nos convertimos al Señor Jesucristo. El apóstol Pablo recomienda entonces quitarnos el ropaje de la vieja naturaleza y: “ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad” (Efesios 4:24). Desde ya nos vestimos con traje de fiesta porque no sabemos ni el día ni la hora en que se presentará nuestro Novio para celebrar la boda : “Me ha enviado a darles una corona en vez de cenizas, aceite de alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento” (v. 9 en la lectura). “¡Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria! Ya ha llegado el día de las bodas del Cordero. Su novia se ha preparado, y se le ha concedido vestirse de lino fino, limpio y resplandeciente” (Apocalipsis 19:7-8).
Reflexionemos sobre cómo queremos que nos encuentre nuestro Amado cuando regrese a buscarnos: ¿Con traje de fiesta y adornados con alhajas finas? O ¿Harapientos y sucios por estar desapercibidos?

Amado Señor: Nos deleitamos en Ti y nos regocijamos porque sabemos que contigo tenemos ya ganado el derecho al cielo. Permite Señor que estemos preparados con el taje adecuado y adornados con las más finas piedras para recibirte como lo mereces. Gracias porque anhelamos con pasión ese grandioso día.

Un abrazo y bendiciones.

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