sábado, 19 de diciembre de 2015

Amar para recibir bendición



¿Qué importa que ellos me maldigan? ¡Bendíceme tú! Pueden atacarme, pero quedarán avergonzados; en cambio, este siervo tuyo se alegrará. 
Salmo 109:28.


Lectura: Salmo 109:21-31.  Versículo del día: Salmo 109:28.

MEDITACIÓN DIARIA

Es difícil caerle bien a todo el mundo. ¡No somos moneditas de oro! Así que si para unos somos valiosos para otros somos un desastre y con esos ojos nos verán. Aparte de eso, son los que están pendientes de cualquier error nuestro para caernos encima y poner el dedo acusador señalándonos como lo peor e incluso olvidando lo bueno que hayamos dejado atrás con esas mismas personas.
Pero aquí dice muy bien la Palabra de Dios: ¿Qué importa que ellos me maldigan? ¡Bendíceme tú! Además si esa es tu situación recuerda que el que pelea por nosotros es el Señor. Nos corresponde quedarnos quietos y esperar en Él; Eso fue lo que Moisés le dijo al pueblo ante las amenazas del faraón de Egipto. Y eso es también lo que debemos hacer: dejar los problemas en manos del Señor sin dejar de orar por nuestros enemigos porque ese es el mandato (Mateo 5:44). Así que mi apreciación es amar para recibir bendición, a pesar de…

Amado Señor: enséñanos a dar la otra mejilla cuando nos atropellan o calumnian. Tú has dicho que nada ganamos con amar a quien nos hace bien, que la gracia está en amar a quien nos hace daño. Te pedimos que seas Tú mismo poniendo en el corazón de las personas que están acongojadas por un problema similar, el deseo de amar y perdonar como el ejemplo que nos has dado y como nos lo has enseñado. ¡Gracias buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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