¿Qué importa que ellos me maldigan? ¡Bendíceme tú! Pueden atacarme, pero quedarán avergonzados; en cambio, este siervo tuyo se alegrará.Salmo 109:28.
Lectura: Salmo
109:21-31. Versículo del día: Salmo
109:28.
MEDITACIÓN DIARIA
Es difícil caerle bien
a todo el mundo. ¡No somos moneditas de oro! Así que si para unos somos
valiosos para otros somos un desastre y con esos ojos nos verán. Aparte de eso,
son los que están pendientes de cualquier error nuestro para caernos encima y poner
el dedo acusador señalándonos como lo peor e incluso olvidando lo bueno que
hayamos dejado atrás con esas mismas personas.
Pero aquí dice muy bien
la Palabra de Dios: ¿Qué importa que ellos me maldigan? ¡Bendíceme tú! Además
si esa es tu situación recuerda que el que pelea por nosotros es el Señor. Nos
corresponde quedarnos quietos y esperar en Él; Eso fue lo que Moisés le dijo al
pueblo ante las amenazas del faraón de Egipto. Y eso es también lo que debemos
hacer: dejar los problemas en manos del Señor sin dejar de orar por nuestros
enemigos porque ese es el mandato (Mateo 5:44). Así que mi apreciación es amar
para recibir bendición, a pesar de…
Amado Señor: enséñanos
a dar la otra mejilla cuando nos atropellan o calumnian. Tú has dicho que nada
ganamos con amar a quien nos hace bien, que la gracia está en amar a quien nos
hace daño. Te pedimos que seas Tú mismo poniendo en el corazón de las personas
que están acongojadas por un problema similar, el deseo de amar y perdonar como
el ejemplo que nos has dado y como nos lo has enseñado. ¡Gracias buen Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
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