lunes, 14 de diciembre de 2015

Gracias, muchas gracias Señor



¡Que den gracias al Señor por su gran amor, por sus maravillas en favor de los hombres! ¡Él apaga la sed del sediento, y sacia con lo mejor al hambriento! 
Salmo 107:8-9.


Lectura: Salmo 107:1-43.  Versículos del día: Salmo 107:8-9.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor mira con compasión a toda la humanidad; así como el sol sale para todos sin discriminar a nadie, igual vela por los hombres Papá Dios. Su misericordia es tan alta que no se detiene a pensar este es pecador y por tanto, no le daré de comer. Al contrario, abre sus hangares y permite que se sacien. Unos lo entenderán y darán gracias; otros ni siquiera creerán que ha sido su mano protectora y ni se acordarán de quien los hizo. El Señor no deja de demostrarnos su amor. Tan alto es que no podemos dimensionarlo y por lo tanto es que muchos son exceptos a tomarlo. No entienden lo que ocurrió hace un poco más de dos mil años cuando Dios en su infinito amor y misericordia por la humanidad, envió a su Hijo Jesús al mundo para que nos rescatara de las garras de Satanás.
El hombre está enceguecido no ve nada de esto ni agradece su vida, alimento, vivienda y vestido con lo que lo ha sostenido desde su nacimiento. Considera que todo ha sido obra de sus manos, olvidando al Hacedor de esa manos.
Volteemos la mirada hacia nuestro Padre celestial y démosle gracias por tantos beneficios que hemos recibido aún sin merecerlos. Aprendamos a ser agradecidos, empezando por nuestro buen Dios, que siempre busca nuestro bien.

Amado Señor: Gracias porque así como velas hasta por los pajaritos más pequeños, velas también por los hombres. Gracias por nuestras vidas, el sustento de cada día, la salud y bienestar que nos ofreces. Gracias porque todos somos tu obra creadora.  Enséñanos a ser agradecidos contigo y ensalzarte como lo mereces.

Un abrazo y bendiciones.

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