viernes, 11 de diciembre de 2015

Probando la honestidad




El que es honrado en lo poco, también lo será en lo mucho; y el que no es íntegro en lo poco, tampoco lo será en lo mucho. 
Lucas 16:10.


Lectura: Lucas 16:1-15.  Versículo del día: Lucas 16:10.

MEDITACIÓN DIARIA

Creo que todos hemos tenido situaciones bien sea donde sin querer nos devuelven más dinero, o nos encontramos con un billete caído al piso al lado de su dueño o una billetera con todos los papeles y teléfonos de su propietario. ¿Qué sería lo correcto por hacer en estos casos?  El deshonesto lo llamará ‘de buenas’ y lo retendrá; pero nosotros como cristianos debemos dar testimonio de honestidad y hacer lo posible por devolver lo encontrado si tenemos cómo hacerlo. Ahí es donde se prueba la honradez e integridad de una persona. Vale decir, que aquí entra también cuando se tiene una deuda, porque no pagarla lleva a la miseria y esto también es deshonestidad.
El Señor les contaba sobre la parábola del administrador sagaz que se dio cuenta que perdería su trabajo y por consiguiente quiso congraciarse con los deudores rebajándoles la deuda para así ganarlos y recibir más adelante de ellos alguna recompensa. Este hombre le fue infiel a su señor;  además de haber administrado mal lo encomendado, ahora busca que los deudores también lo estafen. Este era un hombre amante de las riquezas y el Señor dice: “Ningún sirviente puede servir a dos patrones. Menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a la vez a Dios y a las riquezas” (v. 13). El amor al dinero hace que las personas pierdan el juicio y la visión de integridad.
Definitivamente quien es honrado en lo poco, lo será en lo mucho. Quien no es íntegro en lo pequeño, tampoco lo será en lo mucho y no se le puede confiar nada. ¡Sí que es importante ser honesto y permitir que la gente deposite toda su confianza en nosotros! Especialmente en asuntos financieros. ¡Esto también es una bendición!

Amado Señor: Gracias porque nos enseñas el valor de la honestidad y lo necesario que es aprender a ser honestos. Esta virtud nos llenará de alegría y de orgullo bueno, sabiendo que somos agradables no solo a los ojos de Dios sino que gozamos de la confiabilidad de los que nos rodean y aprecian. ¡Te alabamos Señor por tu bondad y enseñanza!

Un abrazo y bendiciones.  

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