jueves, 16 de junio de 2016

Jesús también abrirá tus ojos




¿Quién eres, Señor?, pregunté. Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues, me contestó él. 
Hechos 22:8.


Lectura: Hechos 22:1-21.  Versículo del día: Hechos 22:8.

MEDITACIÓN DIARIA

Pablo, antes llamado Saulo, fue un judío celoso de Dios y de la ley. Persiguió a los primeros cristianos e incluso aprobó la muerte de Esteban. Sin embargo, el Señor tenía otros planes diferentes para él y se le manifestó sobrenaturalmente preguntándole: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” (v. 7).
Me he puesto a pensar que hay diferentes maneras de perseguir al Señor. Es que no se necesita coger y encadenar a sus seguidores; basta con el hecho de no creerle, de incluso llegar a hacer mofa de sus afirmaciones o de decir abiertamente que no le es de interés conocerle. Y otras veces, los de afuera nos tachan de fanáticos, legalistas y hasta de locos porque no entienden que el cristianismo no es una religión sino una relación muy personal con Jesucristo. Creo que así como Saulo cuestionó tanto a Jesús, actualmente también muchos lo discuten al creer en Él más como una figura vista tradicionalmente, pero que no se conoce a ciencia cierta quién era ni cuál fue su propósito real al venir a la tierra. Por otro lado, pueda que hasta algunos sean eruditos en las Escrituras, pero su relación nunca ha sido íntima ni personal.
Mi oración es porque tú amigo, quien estás leyendo este devocional, no lo rechaces más; no lo persigas ni critiques a los de su Iglesia. ¿Por qué te es tan difícil aceptar a Jesús como Señor y Salvador? Déjate envolver por su ráfaga de luz que tan pronto te doblegues hacia Él, Jesús te permitirá ver claramente como a Saulo (vv. 11-13). “El Dios de nuestros antepasados te ha escogido para que conozcas su voluntad, y para que veas al Justo y oigas las palabras de su boca” (v. 14).

Amado Señor: Hoy te ruego por todos los que leen este devocional y están enceguecidos por el mundo. Ábreles los ojos Jesús misericordioso, y permite que ellos encuentren el camino verdadero que eres Tú, para alcanzar la meta de la tierra prometida contigo en la eternidad.

Un abrazo y bendiciones.

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