sábado, 18 de junio de 2016

¡Levántate Iglesia, es tiempo de orar!




El Señor me dirigió la palabra: Hijo de hombre, si un país peca contra mí y persiste en su infidelidad, yo levantaré mi mano contra él; le quitaré las provisiones, lo sumiré en el hambre, y arrasaré a sus habitantes y a sus animales. 
Ezequiel 14:12-13.


Lectura: Ezequiel 14:12-23.  Versículos del día: Ezequiel 14:12-13.

MEDITACIÓN DIARIA

Sé que en todos los países se peca de una manera u otra. Unos por idolatría, por inmoralidad sexual o por el mismo terrorismo. Sin embargo me atrevo a pensar que Estados Unidos de América ha sido un país singular puesto que desde su misma fundación los peregrinos inmigrantes llegados, se postraron y declararon que esta tierra sería para Cristo. Fundamentaron su fe en Dios y su Palabra y  llevó a esta nación  a ser la primera potencia mundial. Infortunadamente ahora, el país ha cambiado y hasta se quiere abolir su Nombre de la Constitución, cuando se dice y hay escritos que confirman que Estados Unidos comenzó con las palabras: “En el Nombre de Dios. Amén”. Bajo estos argumentos Dios bendijo grandemente a este pueblo. Ahora, las nuevas generaciones y lo sucesivos inmigrantes de diferentes países, han hecho que sus legisladores y mandatarios cambien sus fundamentos; lo que era para glorificar a Dios y extender la fe cristiana ya no existe. Y ¡cuidado, porque Dios no miente!
Pero me pregunto: ¿En dónde está la iglesia de Dios que no se pronuncia? Porque la Biblia dice muy claro: “si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra” (2 Crónicas 7:14). Por una parte, este pueblo lleva el Nombre de Dios desde su creación, pero lo abandonó. Entonces, le corresponde a la Iglesia de Dios levantarse como una bandera, humillarse, orar y abandonar la mala conducta. Dios quiere que esta nación vuelva a lo que era, a buscar su rostro para glorificarlo y que retome el camino para que siga siendo un país en crecimiento no  en decadencia. ¡Levántate Iglesia a orar por esta tierra!

Amado Señor: Te pedimos perdón porque no somos coherentes con lo que hablamos y actuamos; porque nos hemos alejado de Ti y nos hemos dejado absorber por el mundo. Pedimos perdón por los altos funcionarios que han cambiado sus principios por poder y fama. Enséñanos a humillarnos y proclamar tu Palabra para que a diestra y siniestra sepan que eres el Salvador del mundo y que fuera de Ti no existe otro camino. ¡Gracias por tu Palabra bendito Dios! Y gracias precioso Espíritu Santo por enseñarnos a discernirla y entenderla con claridad.

Un abrazo y bendiciones.

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