Yo no quiero la muerte de nadie. ¡Conviértanse, y vivirán! Lo afirma el Señor omnipotente. Ezequiel 18:32.
Lectura:
Ezequiel 18:1-32. Versículo del día:
Ezequiel 18:32.
MEDITACIÓN
DIARIA
El
Señor es muy claro en hablarle al profeta Ezequiel para afirmarle que cada
quien es responsable de sus actos. No porque el padre haya sido justo a los
ojos de Dios, sus hijos lo serán. Igual si han sido malvados pero tienen un
hijo justo, Dios tendrá en cuenta al hijo sin importar lo que haya hecho el
padre. Dios no quiere que nadie muera; entendiendo la muerte del área
espiritual. “Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que
nadie perezca sino que todos se arrepientan” (2 Pedro 3:9b).
El
Señor Jesús ya nos justificó a nosotros los cristianos; comportémonos de manera
tal que nuestro testimonio convenza especialmente a nuestros hijos para que
ellos alcancen la salvación. Ahora, también es responsabilidad de todo padre o
madre cristianos, orar por ellos continuamente y reclamarle al Señor la promesa
de Hechos 16:31.
Amado
Señor: Gracias por mirarnos individualmente sin recordar lo que fueron nuestros
ancestros. Enséñanos a vivir correctamente practicando el derecho y la
justicia, como testimonio de que Tú, quien eres el Cristo vivo, moras en el
centro de nuestras vidas y queremos agradarte. Gracias buen Señor por
justificarnos ante el Padre Celestial.
Un
abrazo y bendiciones.
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