lunes, 27 de junio de 2016

Por la fe, la promesa se cumplió

Al darles Dios su Espíritu y hacer milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras      que demanda la ley o por la fe con que han aceptado el mensaje? Gálatas 3:5.

Lectura: Gálatas 3:1-29.  Versículo del día: Gálatas 3:5.

MEDITACIÓN DIARIA

Esta pregunta que Pablo le hace a los gálatas bien podríamos hacérnosla nosotros. Abraham es el hombre de la fe y fue quien recibió la promesa aun desde antes de dictarse la ley de Moisés y esto se le tomó como justicia (v. 6). La ley es muy difícil de practicar y está escrito que será maldito todo el que no practique fielmente todo lo que está escrito en la ley (v. 10), Cristo Jesús se hizo maldición por nosotros al ser colgado de un madero (v. 13); y así sucedió para que por medio de Él, como descendiente de Abraham, viniera en rescate por muchos. Porque la promesa de: “Por medio de ti, serán bendecidas todas las naciones” (v.8), nos cobija también a nosotros. Por lo cual, como descendientes de Abraham debemos vivir también por fe.  “Entonces, ¿cuál era el propósito de la ley? Fue añadida por causa de las transgresiones hasta que viniera la descendencia a la cual se hizo la promesa” (v. 19). ¡Gloria a Dios por el cumplimiento de tan anhelada promesa!
Como conclusión ya entendiendo un poco más lo que significa haber sido rescatados por la fe en Cristo, podemos respondernos la pregunta y darle gracias a Dios que nos envió a su Hijo Jesús porque de lo contrario siendo pecadores como lo somos, por la ley, nos hubiera sido muy difícil encontrar la salvación. “Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo” (vv. 26-27). Por eso, teniendo tan apreciado combustible en nuestra vida, aprendamos a vivir por fe y no por vista. Que la fe sea el motor que nos impulse cada día a ser verdaderos seguidores de Cristo.

Amado Señor Jesús: Gracias por haber venido en nuestro rescate y hacernos partícipes de la herencia dada a Abraham. Enséñanos a tener la misma fe de este hombre que nunca vaciló esperando la promesa, sino dándote gloria por lo que sabía que vendría después. De igual modo nosotros también sabemos de una patria futura que nos tienes preparada y por fe queremos regocijarnos hasta tan ansiado día donde nos encontremos contigo. ¡Te amamos buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: