miércoles, 12 de marzo de 2014

Para que la promesa se cumpla en nuestras vidas




Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios.  
 Éxodo 20:12.


Lectura: Éxodo 20:1-17.  Versículo del día: Éxodo 20:12.

MEDITACIÓN DIARIA

Es importante recalcar sobre este versículo ya que se toma muy a la ligera y en muchas familias se ve el poco amor y consideración que se les tiene a los padres.
Esta orden de honrar a padre y madre está dada por el mismo Dios Padre desde el momento en que promulgó ‘Los diez mandamientos’.  No solamente Dios quiso inculcarlo fuertemente en los de su pueblo: “Maldito sea quien deshonre a su padre o a su madre” (Deuteronomio 27:16); en el Nuevo Testamento, el Señor Jesús volvió a recordarnos el mandato: “Dios dijo: “Honra a tu padre y a tu madre”, y también: “El que maldiga a su padre o a su madre será condenado a muerte” (Mateo 15:4).  Eso también le repitió al joven rico cuando éste le preguntaba qué debería hacer para heredar la vida eterna. Jesús le respondió: “Ya sabes los mandamientos: “No mates, no cometas adulterio, no robes, no presentes falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre” (Marcos 10:19). Más tarde el apóstol Pablo nos lo vuelve a repetir, persistiendo incluso en la promesa: “Hijos, obedezcan en el Señor a sus padres, porque esto es justo.  «Honra a tu padre y a tu madre —que es el primer mandamiento con promesa—  para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la tierra»” (Efesios 6:1-3). 
Honrar a padre y madre es respetarlos, amarlos, tenerlos en cuenta no solo en aspectos afectivos sino también económicos. Personalmente considero que al igual que se cumple con las ofrendas y diezmos o con los impuestos establecidos en cada nación, toda persona debería sacar lo correspondiente a sus padres, independientemente de si ellos lo necesitan o no. Simplemente hay que hacerlo porque es un mandato y el obedecerlo, trae muchas bendiciones; no las perdamos por descuido o negligencia. Aprendamos a ser integrales en nuestra vida cristiana.  No podemos cumplir solamente con lo que nos gusta, y dejar por puertas otras obligaciones que están muy claras en el “Manual del hombre” (Biblia). ¿Queremos disfrutar una vida larga llena de bienestar? Obedezcamos esta orden. 

Amado Dios: Gracias por recordarnos tantas verdades que encierran tu Palabra pero que hacemos caso omiso de ellas.  Enséñanos a ser obedientes  íntegramente, de manera que en todas nuestras áreas demos testimonio de ser tus hijos y podamos dar buen testimonio a los que nos rodean.

Un abrazo y bendiciones.

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