domingo, 16 de marzo de 2014

Es necesario llenarnos del fruto del Espíritu


Más vale ser paciente que valiente;  más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades. 
Proverbios 16:32


Lectura: Proverbios 16:1-33.  Versículo del día: Proverbios 16:32.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor nos enseña a través de su Palabra que debemos ser prudentes; que es preferible saber dominarnos que demostrar una falsa valentía.  Y digo falsa porque en la mayoría de los casos, los actos de inferioridad se demuestran con actos de superioridad. Por algo el Señor nos confeccionó con dos orejas y una boca: para que escuchemos más y hablemos menos. “Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos  para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse” (Santiago 1:19).
A veces las situaciones nos hacen perder la compostura y tanto la prudencia como la paciencia no se ven por ningún lado porque nos es difícil  practicarlas. Pero aquí es donde el hombre demuestra su sabiduría: “El que es paciente muestra gran discernimiento;  el que es agresivo muestra mucha insensatez” (Proverbios 14:29).  En una ocasión escuché de labios de una persona muy brillante lo siguiente: ‘de qué me sirve tanta inteligencia si no soy capaz de dominar mis iras’.  Así es. La persona iracunda puede en un segundo romper completamente una relación; dañar el corazón de la persona agredida y por ende al agresor le quedará un gran vacío. “El buen juicio hace al hombre paciente; su gloria es pasar por alto la ofensa” (Proverbios 19:11).  ¡Cuánto nos cuesta esto!
Tanto la paciencia como el dominio propio pertenecen al fruto del Espíritu. Si nuestro corazón está vacío de ellos,  hay que todos los días estar inundándolo con la llenura del Espíritu Santo (Efesios 5:18). Además Santiago nos recomienda que si nos falta sabiduría, se la pidamos a Dios que nos la dará generosamente (Santiago 1:5).

Amado Señor: Enséñanos a comportarnos  con prudencia y discreción. No permitas que las iras nos lleven a olvidarnos que somos testigos tuyos y nos dominen con altivez y enojo. Gracias buen Señor por instruirnos en tu Palabra.

Un abrazo y bendiciones.

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