—Rabí, ¡tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! —declaró Natanael.Juan 1:49.
Lectura: Juan
1:43-51. Versículo del día: Juan 1:49.
MEDITACIÓN DIARIA
Natanael era el mismo
Bartolomé, y tal parece que era un hombre que buscaba a Dios. Muy seguramente
aprovechaba la sombra de la higuera para leer las Escrituras y meditar en
ellas. Cuando su amigo Felipe le dice que vaya con él, que conoció a Jesús de Nazaret
y es aquel de quien hablaron Moisés y los profetas, Natanael le responde que de
Nazaret no podía salir nada bueno. Sin embargo Natanael sigue a Felipe y cuando
Jesús lo ve, dice: “Aquí tienen a un verdadero israelita, en quien no hay
falsedad” (v. 47). Muy significativa la frase del Señor hacia un hombre
que todavía no sabe nada de Él y más estando
en medio de fariseos y saduceos hipócritas. Natanael le pregunta que de cuándo
lo conoce y su respuesta lo deja aun más asombrado: “Antes de que Felipe te
llamara, cuando aún estabas bajo la higuera, ya te había visto” (v. 47). Estas
palabras causaron un gran impacto en Natanael quien gozoso lo llama “Rabí” y
exclama: "¡tú eres el Hijo de Dios!
¡Tú eres el Rey de Israel!”.
Si bien es cierto que Natanael
no creyó en principio y a pesar del cuestionamiento que le hace el Señor (v. 50
en la lectura), son de admirar sus palabras, porque a diferencia de Pedro
cuando reconoció que Jesús era el Hijo de Dios (Mateo 16:16), ya llevaba tiempo
al lado de Él y había podido contemplar su gloria. Natanael había podido
mirarlo como otro profeta más pero considero que también por revelación del
Espíritu Santo, reconoció que en verdad estaba al frente del Mesías esperado.
El Señor conoce los corazones
y ante Él no existe razón alguna de aparentar lo que no somos. Creo que lo
bonito de aprender aquí de Natanael, es ser auténticos y mostrarnos tal cual
somos. Natanael dudó que de Nazaret saliera algo bueno, pero hay que resaltar
que su percepción cambió totalmente al tener a Jesús enfrente y oir sus
palabras. Vale la pena resaltar que se equivocó y no era perfecto, pero el
Señor es especialista en buscar lo imperfecto para precisamente hacer su obra
completa en cada uno. Lo importante es tener un corazón dispuesto a escucharle
tal como lo hizo Natanael.
Amado Señor Jesús:
Quizá muchas veces hemos dudado de ti o te hemos cuestionado. Te pedimos perdón
por ello y te rogamos que nos permitas cada día ver tu poder sobre nuestras
vidas y entender que eres el Hijo del Dios vivo, quien vino a pagar por nuestras
transgresiones y pecados. ¡Toda la adoración y gloria es para ti, porque eres quien
la mereces!
Un abrazo y bendiciones.
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