Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad, y hallará pastos.Juan 10:9.
Lectura: Juan
10:1-21. Versículo del día: Juan 10:9.
MEDITACIÓN DIARIA
Jesús es la puerta de la
vida eterna; por esa puerta entran sus ovejas y le siguen. Con este ejemplo Jesús les hablaba a los
fariseos pero ellos no captaban sus palabras.
Ahorita sucede lo mismo: se puede conocer a Jesús y conocer su Palabra,
pero no creer ni en Jesús ni en su Palabra. Las mega-iglesias están atestadas
de gente que quiere oír de Jesús, pero que no quiere comprometerse con Él. Entonces, buscan simplemente allí lo que les
conviene y dejan de lado lo que no quieren que les mortifique. Predomina más el
ego destructor que el Cristo vivo.
El ego destructor es mi
‘yo egoísta’ que llevamos dentro y que solamente puede ser desbancando cuando
aceptamos entrar por la puerta que Jesucristo nos abre para ser salvos. No podemos
buscar otras entradas; no las hay. Jesús es el único camino.
Y Entendamos que no es solamente recibir a Jesús en el
corazón; es permitir que al pasar el umbral podamos reconocerle, admirarle,
creerle y glorificarle como al Hijo de Dios que vino a salvarnos. Es una nueva casa que se nos ofrece con todos
sus accesorios (áreas de nuestra vida), completamente nuevos (nueva criatura,
nueva creación); admirando sus adornos (bendiciones), y alabando a Dios por tan
extraordinario regalo. Entonces ahí, sí podemos decir que mi ‘yo egoísta’ ha
sido desplazado por el ‘Gran Yo Soy’; por el buen Pastor que da la vida por sus
ovejas.
La puerta está abierta;
aprovechémosla para seguir.
Amado Señor: Muchas
gracias por habernos permitido entrar por la puerta que eres Tú. Gracias porque
cada mañana gozamos de saber que estás a nuestro lado, cuidándonos y
librándonos de los lobos feroces que quieren devorarnos. ¡Eres el pastor inigualable que siempre vela
por sus ovejas!
Un abrazo y
bendiciones.
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