viernes, 14 de mayo de 2021

Es hora de volvernos a Él.

Vuélvanse a mí, y yo me volveré a ustedes —dice el Señor Todopoderoso—. 

Malaquías 3:7b.


Lectura: Malaquías 3:1-12. Versículo del día: Malaquías 3:7b.


MEDITACIÓN DIARIA.


El Señor le habla al profeta Malaquías para que le transmita el mensaje al pueblo de Israel. Indudablemente aquí la lectura nos habla sobre los diezmos para el Señor. Eso en el Antiguo Testamento indiscutiblemente era así. Ahora en el Nuevo Pacto, personalmente creo que tenemos que volvernos a Dios; entregarle nuestras vidas a su Hijo Jesucristo quien vino a morir en nuestro lugar y dejar que sea el Espíritu Santo quien nos dirija y gobierne nuestra vida. Dios nuestro Padre, nos ama tanto que no escatima nada para los suyos; Él se volverá a nosotros. Y cuando entendemos esta verdad y sabemos que tenemos un Papito celestial en quien confiar, su bendita Palabra la digerimos más rápido y con mayor discernimiento.

Ahora, hablando de lo que le corresponde a Dios, el Nuevo Pacto dice que debemos sembrar con generosidad: “Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará. Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría” (2 Corintios 9:6-7). Para mí, esta es la clase de diezmo que los de su Iglesia debemos practicar. Y si nos ponemos a analizar bien, Dios no merece un diez por ciento, merece mucho más: un cien por ciento inclusive; pero eso Dios se lo pone a cada cual en su corazón.

Lo importante es volvernos a Dios; si lo conocimos y lo hemos dejado por otros dogmas o filosofías extrañas, es hora de devolver la pizarra y entender que es un ataque del maligno para apartarnos del verdadero Camino. Si esa es tu condición no te dejes engañar más. Entiende que Satanás quiere alejarte del Dios Trino para que caigas en sus garras mortíferas. Te invito a orar así:


Amado Señor Jesús: gracias por ser tan especial con los tuyos. Gracias por permitirnos conocerte y saber que Eres el Hijo de Dios muerto y resucitado para regalarnos el precioso don de la salvación. Te rogamos precioso Señor que entendamos Tu Palabra y deseemos en todos los campos darte lo mejor de cada uno. ¡Tú lo mereces Señor! Gracias por estar siempre ahí y enseñarnos cada día.


Un abrazo y bendiciones.

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