¿Qué provecho saca el hombre de tanto afanarse en esta vida?
Eclesiastés 1:3. NVI.
Lectura: Eclesiastés
1:1-11. Versículo del día: Eclesiastés
1:3.
MEDITACIÓN DIARIA
Salomón no solamente era
famoso por su riqueza sino también por su sabiduría. Dios lo proveyó de mucha
sabiduría; la Biblia dice que no habrá otro igual (1 Reyes 3:12). Y por eso,
todo lo que escribió como los Proverbios y el Libro de Eclesiastés están llenos
de la enseñanza que nos fue dejada para nuestro bien.
Y sí; volviendo al
versículo del día y a la lectura, de verdad que nada sacamos con afanarnos por algo
que ya está en camino o que no tiene reversa; “del afán no queda sino el cansancio”. Lo que deberíamos
hacer es practicar lo escrito en el Nuevo Testamento: “No se inquieten por
nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones
a Dios y denle gracias” (Filipenses 4:6). Y si es de lo normal; pues menos vale
la pena afanarnos. Un ejemplo es el trabajo: muy bien que seamos dedicados y responsables
en su ejecución, pero no debemos ser tampoco adictos a él. El ‘laboradicto’
pierde más que ganar. Como lo dice el propio Predicador Salomón: “Lo más
absurdo de lo absurdo, ¡todo es un absurdo!” (v. 2). Todo es un absurdo o todo
se convierte en vanidad. Tanto afán se convierte en absurdo y lo absurdo carece
de sentido.
Con el Señor Jesús las apreciaciones cambian;
ya no lo hacemos como para el hombre sino como para agradar al Señor
(Colosenses 3:23). Entonces, pongamos en manos del Señor nuestros afanes
cotidianos.
Amado Señor Jesús:
gracias por tu Palabra que es toda verdad. Gracias porque cada día nos enseñas
más sobre nuestro comportamiento, mientras estemos aquí en esta tierra. Permite
buen Señor que saquemos el mayor provecho de tu instrucción para que aprendamos
a depender completamente de Ti, sin dejarnos desviar a diestra o siniestra. ¡Te
alabamos Dios y Señor nuestro!
Un abrazo y bendiciones.
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