sábado, 1 de mayo de 2021

Eres digno de toda nuestra adoración Gran Dios

 Gritaban a gran voz: ¡La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero! 

Apocalipsis 7:10. NVI.


Lectura: Apocalipsis 7:9-17.  Versículo del día: Apocalipsis 7:10.


MEDITACIÓN DIARIA


Dice aquí la Palabra de Dios que los que gritaban, salieron de la gran tribulación y era una gran multitud con túnicas blancas. Los ángeles que estaban alrededor se postraron en tierra y respondieron: “¡Amén! La alabanza, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, la honra, el poder y la fortaleza son de nuestro Dios por los siglos de los siglos. ¡Amén!” (v. 12). Esto nos confirma que cuando lleguemos al cielo nos vamos a unir a los ángeles para alabar y adorar a nuestro Gran Dios y al Cordero inmolado.

 Pero no hay necesidad de esperar hasta llegar al cielo, desde aquí en la tierra podemos hacerlo. Llegó el tiempo de hacerlo: “En aquel día se dirá: Alaben al Señor, invoquen su nombre; den a conocer entre los pueblos sus obras; proclamen la grandeza de su nombre” (Isaías 12:4). “Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad” (Juan 4:23-24). Hay que dejar a nuestro espíritu que se quebrante; que fluya por completo y que toda la adoración llegue hacia el trono celestial. El Señor se goza con las alabanzas de su pueblo. ¡Aleluya!


¡Aleluya por siempre Señor! ¡Aleluya a nuestro Dios Todopoderoso! ¡Aleluya al Gran Rey y Señor! ¡Aleluya al bendito Espíritu Consolador! Dios y Señor nuestro: no tenemos palabras para expresar tu grandeza, poderío y majestad. Recibe nuestra humilde alabanza que brota de corazones agradecidos porque también reconocemos que la salvación proviene de Ti gran Dios y del Cordero sacrificado por los pecados de la humanidad, donde también todos nosotros estamos incluidos. La alabanza, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, la honra, el poder y la fortaleza son de nuestro Dios por los siglos de los siglos. ¡Amén!


Un abrazo y bendiciones.

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