Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo.
Eclesiastés 3:1. NVI.
Lectura: Eclesiastés
3:1-8. Versículo del día: Eclesiastés
3:1.
MEDITACIÓN DIARIA
Bien nos enseña el
predicador Salomón: hay un tiempo para todo. Todo lo que concierne con nosotros,
digo yo, porque para Dios el tiempo es diferente. Para Él puede ser un día como
mil años y mil años como un día (2 Pedro 3:8). Pero bueno, ubiquémonos en la
tierra, nosotros como humanos que somos. Todo lo que ocurre bajo el cielo,
ocurre de acuerdo a un plan. Por eso es que lo mejor es aprovechar bien los
tiempos y dar gracias por sus acontecimientos sean buenos o malos, entendiendo que
el Señor tiene el control de ellos. Así que, si nos toca reír, riamos; si nos
toca llorar, lloremos (v. 4). Igual hay un tiempo para callar y un tiempo para
hablar (v. 7b; lo cual encierra también sabiduría).
Al fin de cuentas, si
Dios tiene el control de todo lo nuestro incluyendo el tiempo, bien sabrá Él
por dónde nos llevará y con qué fin. Aunque no entendamos los tiempos, siempre
demos gracias al Señor por ellos. Dios nunca llega tarde, llega en el momento
exacto. Oremos:
Amado Señor:
queremos someternos a tu santa voluntad y reconocer que los tiempos no son
nuestros sino tuyos. Gracias Señor porque Tú tienes el control sobre ellos y Tú
nos darás las pautas para entender tus designios y sea cual sea la situación
darte las gracias. Bendito Señor, gracias por estar a nuestro lado en todo momento;
así no te veamos nunca nos dejar y siempre estás actuando a nuero favor. ¡Te
amamos Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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