Pero que todos los que te buscan se alegren en ti y se regocijen; que los que aman tu salvación digan siempre: ¡Sea Dios exaltado!Salmo 70:4.
Lectura: Salmo
70:1-6. Versículo del día: Salmo 70:4.
MEDITACIÓN DIARIA
En este Salmo David le
pide al Señor que lo socorra; sus enemigos lo acosan y no solamente se burlan
de él, también desean su muerte. Además
de clamarle a Dios por su integridad, también pide que sus adversarios sean
avergonzados, humillados y confundidos (vv. 1-3).
David le expresaba al
Señor todo lo que sentía y me parece muy importante esta actuación porque a
Dios no podemos llegarle con mentiras ni con apariencias. ¡Quién más para
conocer lo que hay dentro de nuestros corazones que Él! Considero que esta es la manera correcta de
orarle a nuestro Dios y Señor: abriendo
el corazón de par en par, diciéndole todo lo que nos tiene atorados. Cuando nos quebrantamos y estamos ante su
presencia arrodillados, podemos pararnos firmemente delante de los hombres y no
temer sus amenazas. “¡Ven pronto a mí, oh Dios! Tú eres mi socorro y mi
libertador; ¡no te demores, Señor!” (v. 5).
Amado Dios: Gracias por
saber que siempre estás a nuestro lado defendiéndonos y sacándonos avante frente
a los ataques de los enemigos. Por ser quien eres y reconociéndote como el gran
Libertador y Ayudador, podemos también regocijarnos contigo y exclamar alegres:
¡Sea Dios exaltado! ¡Aleluya! ¡Gloria a Dios!
Un abrazo y
bendiciones.
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