Pronto el día llegará y tendrás que postrarte ante Él

¿Quién no te temerá, oh Señor?  ¿Quién no glorificará tu nombre? Sólo tú eres santo.  Todas las naciones vendrán y te adorarán, porque han salido a la luz las obras de tu justicia 

Apocalipsis 15:4.

Lectura: Apocalipsis 15:1-8.  Versículo del día: Apocalipsis 15:4.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor será glorificado por todos los habitantes de la tierra; todos  vendrán y le adorarán, y nosotros nos alegraremos porque hemos puesto un granito de arena por ellos: “el día en que venga para ser glorificado por medio de sus santos y admirado por todos los que hayan creído, entre los cuales están ustedes porque creyeron el testimonio que les dimos”.  Todas las naciones que el Señor ha creado, asistirán y se postrarán ante Él (Salmo 86:9).  “Sucederá que de una luna nueva a otra, y de un sábado a otro, toda la humanidad vendrá a postrarse ante mí —dice el Señor—” (Isaías 66:23).  Muchos serán los que creerán y se convertirán; pero también serán muchísimos los que perecerán por no haber creído, aunque habrán tenido que reconocer que Jesús es el Señor.

Mi oración es porque tú, cuando llegue el momento, seas parte de todos los que hemos creído. “¿Acaso has dejado de temerme?  —Afirma el Señor—.  ¿No debieras temblar ante mí? Yo puse la arena como límite del mar, como frontera perpetua e infranqueable.  Aunque se agiten sus olas, no podrán prevalecer; aunque bramen, no franquearán esa frontera” (Jeremías 5:22).  Juan también vio en esta revelación, un ángel que volaba en medio del cielo llevando “el evangelio eterno para anunciarlo a los que viven en la tierra, a toda nación, raza, lengua y pueblo. Gritaba a gran voz: Teman a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio. Adoren al que hizo el cielo, la tierra, el mar y los manantiales” (Apocalipsis 14:6-7).

Amado Señor y Dios nuestro: Desde ahora queremos ponernos delante de ti para glorificar tu Nombre. Eres el único que lo mereces.  Te doy gracias Señor por los que están leyendo este devocional y aprovechan la ocasión para voltear los ojos hacia ti.  Bendícelos mi Dios y permite que su ego se doblegue ante tu Nombre para encontrarnos todos en el cielo y adorarte como lo mereces.

Un abrazo y bendiciones.