lunes, 29 de septiembre de 2014

Nuestra fe basada en la Trinidad de Dios




Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. 
Mateo 28:19.



Lectura: Mateo 28:1-20.  Versículo del día: Mateo 28:19.

MEDITACIÓN DIARIA

Los cristianos tenemos que tener claro que dentro de nuestra creencia como tal, creemos en tres personas distintas y un solo Dios verdadero. ¿Que es difícil de entender? Claro que sí. Por algo es un misterio. Jesús afirmó: “El Padre y yo somos uno” (Juan 10:30); Es indiscutible la deidad de Jesús: En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios”; “Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:1 y Juan 1:14).
El Señor Jesús prometió un Consolador: Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes”; “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho” (Juan 14:16-17 y Juan 14:26).
El apóstol Pablo nos lo resume así: “Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes” (2 Corintios 13:14).  Por lo tanto, cualquiera que niega la Trinidad, no es de Dios, no está en una sana doctrina. Aprendamos a escudriñar las Escrituras, a memorizarlas y tenerlas listas para que cuando vengan los que nos atacan y contradicen, podamos sacar el Arma innegable que es la Palabra de Dios y no dejarnos confundir. El mandato fue muy claro: hacer discípulos “bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

Amado Dios: Te damos gracias porque creemos en Ti, como Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Gracias bendito Padre porque cuando nos dirigimos a Ti, como buen Padre bajas tu cabeza para escucharnos; nos gozamos en ser tus hijos. Gracias Señor Jesús porque nos redimiste y pagaste un precio muy alto por llevarnos a la gloria celestial. Y gracias precioso Espíritu Santo por interceder por nosotros y darnos todo tu poder para conducirnos. ¡Llénanos de tu Presencia cada día más y más!

Un abrazo y bendiciones.  

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