Al oír las palabras de la ley, la gente comenzó a llorar. Por eso el gobernador Nehemías, el sacerdote y maestro Esdras, y los levitas que enseñaban al pueblo, les dijeron: No lloren ni se pongan tristes, porque este día ha sido consagrado al Señor su Dios.Nehemías 8:9.
Lectura: Nehemías
8:1-18. Versículo del día: Nehemías 8:9.
MEDITACIÓN DIARIA
Después de la
reconstrucción de la muralla, todo el pueblo se reunió para escuchar del
sacerdote Esdras el libro de la ley que el Señor les había dado a los
israelitas. El pueblo al oír las
palabras de la ley comenzó a llorar. Con
anterioridad habían sido exhortados por haberse contaminado al tomar mujeres de
otras naciones paganas, puesto que el Señor lo prohibía en la ley. Considero que entendieron muy bien lo
expuesto por Esdras, Nehemías y los levitas y su corazón se conmovió, no solo
de escuchar nuevamente la Palabra de Dios, sino también por la misma contrición
de sus pecados. Me parece muy importante este ejemplo, ya que nosotros muchas
veces somos indiferentes ante el pecado y prácticamente ya se usa entre los
cristianos el tan replicado dicho tradicional: ‘peco, confieso y empato’. Pero de remordimiento, arrepentimiento,
tristeza o dolor poco se demuestra. Es
como si no valoráramos la sangre derramada por el Señor Jesucristo.
Pidámosle al Espíritu
Santo que nos redarguya de todo pecado y sinceramente confesemos con dolor el
haber ofendido a nuestro amado Dios. Después sentiremos el verdadero gozo del
Señor, convertido en nuestra fortaleza (v. 10).
Amado Señor: Permite
que tu Espíritu nos sature completamente y podamos dimensionar la maldad que se
concentra en el pecado sea cual fuere.
Queremos ser transparentes ante ti e ir avanzando cada día en la obra
perfecta, fortalecidos con tu gozo.
Un abrazo y
bendiciones.
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