Levántate, oh Dios, y juzga a la tierra, pues tuyas son todas las naciones.Salmo 82:8.
Lectura: Salmo
82:1-8. Versículo del día: Salmo 82:8.
MEDITACIÓN DIARIA
A diario en los
noticieros no se aprecia sino violencia, corrupción, guerras e
inmoralidades. Nos estamos acostumbrando
a ello a fuerza de todos los días ver lo mismo. Ya todos estos pecados pasaron
la barrera de lo malo y tal pareciese que la sociedad lo viera como bueno. Ya
se tienen las tinieblas por luz y lo
amargo por dulce (Isaías 5:20). Y es que
hasta ahí teníamos que llegar. “¿Hasta cuándo defenderán la injusticia y
favorecerán a los impíos? Defiendan la
causa del huérfano y del desvalido; al pobre y al oprimido háganles justicia. Salven
al menesteroso y al necesitado; líbrenlos de la mano de los impíos” (vv. 2-4 en
la lectura).
Ante todo esto, también
clamamos a Dios igual que el Salmista para que se levante y juzgue a la tierra.
Todas las naciones le pertenecen a nuestro Dios y así sea el país o reino más
próspero, todos sus habitantes morirán y serán juzgados sean reyes,
gobernantes, nobles o plebeyos. Sin embargo, Dios es tan misericordioso que aun
habiendo tanta maldad, permite que los hombres lleguen al arrepentimiento
porque por ahora, estamos en el periodo de la gracia. Como quien dice: todavía
hay oportunidad para el pecador. Él no quiere que ninguno perezca sino que
todos procedan a sanar su corazón. Recordemos
que donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia y en nuestras manos está, el
continuar la tarea. Hay que aprovechar
la ocasión porque llegará el momento en que
el día de salvación se terminará.
Amado Señor: Levántate
y juzga lo que te pertenece, sean dispersados tus enemigos y huyan de ti los
que te aborrecen, los que se burlan de tu Nombre. Levántate porque pareciese
que la iniquidad ya ha llegado a su colmo. Pero aun así, buen Dios, no nos
dejes mirar solo para nuestro lado porque todavía faltan muchos que igualmente
harán parte de tu reino. ¡Levántate oh Señor! Y levanta también del letargo de
la conformidad a tu Iglesia.
Un abrazo y
bendiciones.
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