lunes, 15 de septiembre de 2014

No es hora de callar




Los mensajeros salieron por todo Israel y Judá con las cartas del rey y de sus oficiales, y de acuerdo con la orden del rey iban proclamando: Israelitas, vuélvanse al Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, para que él se vuelva al remanente de ustedes, que escapó del poder de los reyes de Asiria.  
 2 Crónicas 30:6.


Lectura: 2 Crónicas 30:1-27.  Versículo del día: 2 Crónicas 30:6.

MEDITACIÓN DIARIA

Esto sucedió en el reinado de Ezequías, rey de Judá, y hay algo para tener muy en cuenta: después de Salomón el reino de dividió, quedó Judá por un lado y todos los demás por otro. Pasaron muchos reyes gobernando a Israel; prácticamente, todos haciendo lo que ofende al Señor. Cuando Oseas reinaba sobre Israel, el rey de Asiria conquistó Samaria y los deportó a Gozán y a las ciudades de los medos (2 Reyes 17:6).  Sin embargo, Ezequías rey de Judá, restableció el culto en el templo y celebró nuevamente la Pascua. Tuvo el coraje entonces, conocedor y temeroso de las  leyes que el Señor había determinado para todo el pueblo de Israel en los tiempos de Moisés, de enviar mensajeros a todo Israel, Judá y las tribus de Efraín y Manasés para que acudieran al templo del Señor en Jerusalén, a celebrar la Pascua del Señor, Dios de Israel (v. 1). Ezequías no era rey de Israel, era de Judá; pero su amor por el Señor de sus antepasados lo obligó, y a pesar de las burlas y risas de muchos de sus habitantes no se echó para atrás, sino que continuó su labor. El pueblo de Israel había sufrido la deportación  y sin embargo, de los que quedaron y a quienes se les hizo la invitación fueron pocos los que acudieron a la cita.
El pasaje es para que analicemos en esta época lo mismo: el hombre está totalmente caído, pero nosotros los cristianos tenemos que ser portadores de buenas noticias.  Tenemos que llevar el mensaje de salvación y pregonarlo, así se rían y burlen en nuestra cara. Unos lo rechazarán, otros lo aceptarán.  El pueblo de Israel era uno solo; era el pueblo de Dios pero se alejaron de Él y siguieron su propio camino. Igualmente pasa ahora; muchos dicen saber de Jesús y conocerle, pero no lo siguen; lo ven como un Dios muerto y Él está vivo y vive en quien le permita entrar en su corazón.  Para todos ellos también aplica: “El Señor su Dios es compasivo y misericordioso. Si ustedes se vuelven a él, jamás los abandonará” (v. 9).  Ésta, su Palabra, es verdadera y yo no puedo callar.  No es hora de callar.

Amado Dios: Cuando enviaste a tu Hijo al mundo, lo mandaste con un propósito definido: salvar a la humanidad de las garras del infierno. Han pasado más de dos mil años después de su venida y más de dos mil seiscientos en que tus profetas lo anunciaron y anunciaron también sobre estos tiempos.  Te rogamos Dios del cielo que pongas en cada uno de tus hijos, el deseo ardiente de no callar y demostrarle al mundo tu infinito amor a través de tu Hijo Jesucristo, porque su segunda venida está cerca y el mundo tiene que saber que Él es, el único Señor y Salvador.

Un abrazo y bendiciones,

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