jueves, 3 de mayo de 2018

Olvidemos esos 'faraones' que nos detienen


Señor, yo nunca me he distinguido por mi facilidad de palabra —objetó Moisés—. Y esto no es algo que haya comenzado ayer ni anteayer, ni hoy que te diriges a este servidor tuyo. Francamente, me cuesta mucho trabajo hablar. 
Éxodo 4:10.

Lectura: Éxodo 4:1-17.  Versículo del día: Éxodo 4:10.

MEDITTACIÓN DIARIA

Esta fue la disculpa de Moisés al Señor. Tal parece que él sí era tartamudo y se le dificultaba hablar. Considero que Moisés en su naturaleza humana, se acobardó cuando el Señor le dio la misión de sacar a su pueblo de Egipto. Se le debieron cruzar muchos pensamientos negativos como el poder del Faraón.: Egipto era un imperio poderoso y la figura del Faraón muy respetada. Por otro lado, los hebreos ya eran numerosos y tendría que empezar por convencer a los ancianos.
Sin embargo, ante la excusa de Moisés el Señor le repica: “¿Y quién le puso la boca al hombre? —le respondió el Señor—. ¿Acaso no soy yo, el Señor, quien lo hace sordo o mudo, quien le da la vista o se la quita? Anda, ponte en marcha, que yo te ayudaré a hablar y te diré lo que debas decir” (vv. 11-12).
Muy seguramente a nosotros nos puede pasar exactamente lo mismo y eso que no somos tartamudos. El Señor a todos nos dejó encomendada la gran comisión (Mateo 28:19-20), y cuando tenemos la oportunidad de compartir, nuestra mente se llena de ‘peros’. Se nos olvida que es el mismo Señor a través de su Santo Espíritu quien pone las palabras en nuestra boca para ayudarnos a cumplir la tarea. Se pueden presentar muchos obstáculos, pero nuestro Dios es más grande que ese ‘faraón’ al que consideramos difícil de derrotar. Olvidémonos de esos faraones que nos detienen y obstaculizan el obedecer a ir y esparcir la semilla del Evangelio de las Buenas Nuevas de Salvación; el Señor va con nosotros y la victoria es de Él.

Amado Señor: Tú nos enseñas a través de Moisés que debemos ser obedientes a tu Palabra e ir en el Nombre tuyo que es sobre todo Nombre excelso, sublime y poderos a testificar quién Eres, para que el hombre caído te conozca, se levante y también pueda participar de tu reino. Danos ante todo voluntad para cumplir con el objetivo y serte fiel. ¡Muchas gracias buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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