Vengan, hijos míos, y escúchenme, que voy a enseñarles el temor del Señor.
Salmo 34:11. NVI.
Lectura: Salmo 34:8-16. Versículo del día: Salmo 34:11.
MEDITACIÓN DIARIA
El temor del Señor está ligado con amar la vida y ser
felices. Pero para que esto suceda hay una condición y es hacer exactamente lo
que sigue en la lectura del día: “El que quiera amar la vida y gozar de días
felices, que refrene su lengua de hablar el mal y sus labios de proferir engaños;
que se aparte del mal y haga el bien; que busque la paz y la siga”. Salmo
34:12-14. NVI.
Precisamente hoy recibí un chat llamado ‘El reto de
los 21 días”, propuesta dada a una comunidad, con el propósito de ayudar a
eliminar todo rastro de queja o lamento y sus nocivas consecuencias para el
individuo porque las quejas, críticas y juicios provocan enfermedad, pobreza y
caos, señala el autor de la propuesta, y no está nada errado. Es completamente
acorde con lo que nos dice Dios en su Palabra, porque: “En la lengua hay poder
de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto” (Proverbios 18:21). Así
es; las consecuencias llegarán. Por otro lado, hay que hacer el bien siempre
que podamos sin dejarnos llevar por rencillas, rabias o malos entendidos: “No
nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos
damos por vencidos” (Gálatas 6:9). Quizá en el momento no nos demos cuenta,
pero serán semillas que cosecharemos más tarde. Por último, nos dice el Señor
que busquemos la paz y la sigamos. A veces no es agradable, pero: “Esfuércense
por vivir en paz con todos” (Hebreos 12:14); hay que hacer el esfuerzo, hay que
procurar alcanzarla porque esto redundará en beneficio nuestro. No es para nada
fácil la tarea. Dice el chat enviado que para lograr el reto se ponían una
manilla morada en la mano derecha y tendrían cuidado de no proferir queja
alguna como tampoco críticas o juicios. Si llegaba a suceder esto, tendrían que
ponerse la manilla en la mano contraria y volver a comenzar los 21 días. La
mayoría de los participantes logró superar el reto, pero les tomó mínimo cinco
meses, lo cual nos demuestra que somos muy dados no solamente a hablar más de
lo debido sino a señalar y juzgar a priori sin tener en cuenta el daño que
personalmente nos estamos haciendo.
Busquemos al Señor fuente de toda gracia y pidámosle
que nos ayude a amar la vida gozando días felices dejando únicamente huellas de
amor, perdón y reconciliación unos con otros.
Amado Señor: Gracias porque toda tu Palabra es verdad
y toda fue inspirada por Ti para que sepamos cómo comportarnos y gozar Contigo
de una vida abundante y plena como es tu deseo. Enséñanos por favor a ser
sensibles a ella para vivir con alegría y a la vez dar testimonio de que te
conocemos y amamos. ¡Gracias bendito Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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