viernes, 11 de mayo de 2018

Para Dios no hay nada imposible


Luego mandó que la gente se sentara en el suelo. Tomando los siete panes y los pescados, dio gracias, los partió y se los fue dando a los discípulos. Estos, a su vez, los distribuyeron a la gente. 
Mateo 15:35-36.

Lectura: Mateo 15:29-39.  Versículos del día: Mateo 15:35-36.

MEDITACIÓN DIARIA

Para el Señor no existe imposibles. Él actúa hasta en detalles mínimos. No solo se preocupa por sanarnos del alma y del cuerpo, sino también de hacer milagros en lo concerniente a lo material. Y si hace todo eso, tampoco le queda difícil proveer cuando hay escasez. Han sido tantos los milagros que he visto a lo largo de mi vida cristiana, que no tengo palabras para agradecerle a nuestro buen Dios tanta bondad. El Señor permitió que saliéramos de una zona roja en Colombia, en donde había mucha guerrilla y estábamos amenazados. En su momento no lo entendí, pero con los días, supe que había sido su mano misericordiosa la que nos había librado de caer en esas redadas que se hacían. Puedo también dar fe sobre mi sobrino, quien enfermó de cáncer y decía ser ateo y al final de sus días me buscó para que le hablara de Dios. Igualmente, hizo el milagro cuando una Corporación financiera nos embargó y casi nos quita el apartamento donde vivíamos y para la gloria de Él, personas cristianas nos ayudaron y el pleito lo ganamos. Fue una lucha larga, pero al final la victoria fue del Señor. ¡Qué no decir en cuanto al tiempo que fue de crisis financiera cuando nuestros hijos estaban en la universidad y Sarita en el colegio! Su mano dadivosa no se hizo esperar; podemos decir que nunca nos acostamos sin haber comido.  
Y si es por el lado de milagros asombrosos respecto a mi salud, el Señor me ha sacado de la muerte directamente dos veces. ¡Al Señor no le queda grande nada, absolutamente nada! Él fue misericordioso y compasivo con la multitud que le seguía, multiplicó los panes y los peces para alimentar a cuatro mil hombres sin contar mujeres ni niños (vv. 32-39). Decía mi padre, para animarme en tiempos difíciles: ‘mijita Dios no se ha muerto’, y así es. Te invito a que confíes en Él. ¡Para Dios no hay nada imposible!

Amado Señor: Gracias porque, así como multiplicaste esos panes y peces, también sabemos que lo puedes hacer con nuestras finanzas. Toma el control de todas las áreas de nuestra vida y mira Tú en dónde necesitamos que pongas tu mano bondadosa. Gracias bendito Dios por estar pendiente de nuestra área espiritual, material y física. ¡Confiamos en Ti buen Dios! ¡Te adoramos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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