Luego dijo Jesús a sus discípulos: ―Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme.
Mateo 16:24.
Lectura: Mateo 16:21-28. Versículo del día: Mateo 16:24.
MEDITACIÓN DIARIA
El mejor significado de ‘negarse a sí mismo’ nos lo da exactamente la RAE: “no ceder a sus deseos y apetitos, sujetándose enteramente a la ley y gobernándose, no por su juicio, sino por el dictamen ajeno conforme a la doctrina del evangelio”. Además de esto, hay que tomar su cruz y seguirle.
Somos sus discípulos y si en verdad queremos seguirle,
tenemos que acogernos a lo que dice su Palabra y olvidarnos de las cosas que el
mundo nos ofrece. Seguir en realidad por el camino angosto porque por el ancho
podemos desviarnos. En verdad cuesta seguir al Señor. Sólo por la relación
íntima que tengamos con nuestro Maestro y con la ayuda de su Santo Espíritu,
redarguyéndonos, levantándonos y restaurándonos podemos ir transformando
nuestras vidas para poder a la vez, llevar también su cruz. Una cruz que, a mi
modo de ver, pesa y pesa mucho. Bien he escuchado un dicho en el argot del
evangelio: ‘Ser un verdadero cristiano no es difícil; es imposible’; y así es.
Se convierte en imposible cuando lo hacemos por nuestro propio medio, pero si le
hablamos sinceramente al Señor diciéndole cuánto nos cuesta y le pedimos al Espíritu
Santo su guía y fortaleza, podemos hacerlo. O sea, no es por méritos propios
sino por su infinita bondad que nos lleva cada día a buscarle y seguirle hasta
que hacemos de esto, un modo de vida donde el Señor siempre estará presente. Mi
consejo para ti es que empieces hoy a seguirle.
Amado Jesús: Te rogamos que seas Tú el centro de
nuestras vidas para que nos ayudes a canalizar todos nuestros asuntos de manera
tal que aprendamos a andar y vivir conforme a tu Palabra. Ven Precioso Espíritu
Santo, llénanos con tu presencia y permite que seamos verdaderos discípulos negándonos
a sí mismo y cargando la cruz del Redentor Divino para seguirle acorde a su
santa voluntad. ¡Te alabamos bendito Dios, Señor y Salvador!
Un abrazo y bendiciones.
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