El Señor dice: Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti.
Salmo 32:8.
Lectura: Salmo 32:1-11. Versículo del día: Salmo 32:8.
MEDITACIÓN DIARIA
Existe una premisa para que esto suceda: hay que
voltear los ojos a Dios; confesar que somos pecadores. No tener nada guardado
ni oculto (vv. 3-5). Entonces el Señor en su inmensa misericordia nos perdona,
nos acepta dentro de su familia, nos levanta y regenera al punto que se encarga
Él mismo de irnos enseñando cómo debemos comportarnos sin que nos desviemos. Su
amor y bondad son tan sinceros que a pesar de haber sido como fuimos nos
aconsejará y cuidará por siempre. ¡Qué más podemos pedirle a nuestro Dios!
Por eso comienza el Salmo así: “Dichoso aquel a quien
se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados. Dichoso
aquel a quien el Señor no toma en cuenta su maldad y en cuyo espíritu no hay
engaño” (vv. 1-2). Ese dichoso es ‘bienaventurado’, ‘doblemente bendecido’; porque
el que así actúa, puede llegar tranquilamente a su presencia y tener la certeza
que el Señor lo escucha en momentos de aflicción (vv. 6-7).
Si todavía no conoces a este Dios perdonador y misericordioso,
te invito a que lo busques; Él fácilmente se deja encontrar y su anhelo es
tenerte a su lado. Hoy puede ser tu día. Si es tu deseo podemos orar así:
Señor Jesús: Vengo a decirte que te necesito; necesito
tu perdón, He pecado de diferentes maneras, pero sé que tu bendita sangre me
limpia de todo pecado. Te acepto en mi vida como mi Señor y Salvador. Muéstrame
el camino a seguir; instrúyeme en tu Palabra y hazme como quieres que yo sea.
Gracias bendito Jesús. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario