¿Quién, Señor, se te compara entre los dioses? ¿Quién se te compara en grandeza y santidad? Tú, hacedor de maravillas, nos impresionas con tus portentos.
Éxodo 15:11.
Lectura: Éxodo 15:1-18. Versículo del día: Éxodo 15:11.
MEDITACIÓN DIARIA
Moisés eleva un Canto de adoración al Señor como
agradecimiento por la victoria obtenida, después del paso milagroso por el mar
Rojo donde los israelitas lo cruzaron en seco mientras que el ejército del
faraón fue arrasado por las aguas. Sí; no hay dios más grande que nuestro Dios.
Él y solamente Él es hacedor de maravillas y nos impresiona con sus portentos.
Creemos que eso solamente pudo ser historia y que mucho menos en estos tiempos
se puedan dar milagros de esa naturaleza. Es que tenemos la costumbre de
menospreciar las obras de Dios, sin darnos cuenta que todo milagro por pequeño
que parezca tiene impregnado el sello del Señor.
Cuando estábamos en plena crisis económica, nuestra
hijita quien madrugaba al colegio tenía que irse desayunada y yo sabía que no
había ni un solo huevo en la alacena. Le clamé al Señor esa noche que por favor
me hiciera aparecer tan solo uno; no quería nada más: uno me bastaba. Al
amanecer fui a revisar y encontré el huevo pedido. Aparentemente todos dirán:
‘fue un simple huevo’, pero no. Fue un milagro asombroso que fortaleció mi fe
en esos momentos. Más tarde cuando pude experimentar con mi propia vida cómo el
Señor me sanaba del cáncer padecido o cómo me libró de la muerte al sufrir la pancreatitis,
entendí que Dios se mueve dónde quiera y como quiera porque definitivamente Él
es Soberano. “¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del
conocimiento de Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus
caminos! ¿Quién ha conocido la mente del Señor, o quién ha sido su consejero? ¿Quién
le ha dado primero a Dios, para que luego Dios le pague?” (Romanos 11:33-35).
Nuestro Señor, inmensamente sabio y conocedor de quiénes somos y qué
necesitamos, es el único que puede por su gracia aparecer o desaparecer un
simple huevo; o cómo dar nueva vida a una persona y ambas son igualmente
válidas y sobrenaturales. Sean grandes o pequeñas, sus manifestaciones son
extraordinarias y no dejan de ser milagros asombrosos.
Te invito para que pongas tu vida con los detalles
pequeños o grandes delante del Señor. Y cuando Él te responda, agradécele con
un canto de alabanza y adoración por su Grandeza y Poder.
Amado Señor: muchas gracias porque Eres el Dios de los imposibles. Tú das la victoria cuando nos consideramos derrotados. Eres Tú quien suples toda necesidad; Eres el mejor médico, psicólogo y abogado que te manifiestas grandemente de acuerdo a tu Santa voluntad en medio de tu pueblo que ahora somos nosotros. Por tu gran amor nos guías y llevas a tu lado ¡El Señor reina por siempre y para siempre! ¡Bendito Eres Grandioso Dios!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario