Una de ellas, que se llamaba Lidia, adoraba a Dios. Era de la ciudad de Tiatira y vendía telas de púrpura. Mientras escuchaba, el Señor le abrió el corazón para que respondiera al mensaje de Pablo.
Hechos 16:14.
Lectura: Hechos
16:1-15. Versículo del día: Hechos
16:14.
MEDITACIÓN DIARIA
Pablo tuvo la visión de
ir a Macedonia y ayudar a evangelizar a la gente de allá. Así que él y Silas
partieron en esa dirección a cumplir con su misión. En su viaje misionero hacia
Filipos buscan un lugar para orar y de pronto se encuentran reunidos con varias
mujeres y entre ellas una llamada Lidia. Ella adoraba a Dios y fue muy receptiva
al mensaje que predicaba Pablo. Esta mujer de Macedonia, quizá ha pasado
inadvertida para muchos pero veamos su actitud: Tuvo disposición para abrir su
corazón; fue bautizada; el mensaje no fue para ella solamente, su familia también
lo recibió; les ofreció su casa para que se hospedaran. ¡Qué bonito encontrar
personas como Lidia con un corazón abierto a escuchar y obedecer la Palabra de
Dios!
Dios al mover sus
fichas sabe perfectamente el propósito que tiene con cada uno de sus hijos. La
bondad de Dios se muestra nuevamente permitiendo que sus apóstoles enviados
primero hablen con mujeres y les compartan las Buenas Nuevas de Jesús. Fue tan
relevante el momento que quedó registrado en las Escrituras.
Aprendamos de Pablo a
obedecer cuando el Señor nos manda a determinado sitio, pues allí veremos que
su Nombre se enaltecerá. Y aprendamos también de Lidia a estar dispuestas para
escuchar y aceptar cuando Dios nos habla a través del Pastor, Predicador o
Líder. El Espíritu Santo siempre permite que el mensaje enviado sea el que
necesitamos exactamente.
Amado Señor: Gracias
porque en tu Palabra vemos lo importante que somos las mujeres para Ti. Gracias
por lo que nos enseñas con la conversión de Lidia. Queremos ser mujeres
dispuestas a escuchar y obedecerte para glorificar tu Nombre.
Un abrazo y
bendiciones.
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