Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos.
Salmo 139:23.
Lectura: Salmo
139:19-24. Versículo del día: Salmo
139:23.
MEDITACIÓN DIARIA
Teniendo en cuenta que
la esencia de este Salmo es la presencia del Señor, David le dice al Señor que
ni siquiera desea ver a los impíos y a los que en vano se rebelan contra Él. “¿Acaso
no aborrezco, Señor, a los que te odian, y abomino a los que te rechazan? El odio que les tengo es un odio implacable;
¡los cuento entre mis enemigos!” (vv. 21-22). Esto lo entiendo como no
queriendo David empañar esa ‘dulce presencia’ en su vida con los que no amaban
al Señor. Claro, ya en el Nuevo Testamento las cosas cambian porque es un nuevo
mandato el dejado por Jesús: que nos amemos todos, amigos y enemigos de la
misma manera como Él nos ha amado (Juan 13:34).
Lo importante de la
lectura de hoy es concluir diciéndole al Señor que nos examine y mire a fondo
lo que hay en nuestro corazón y en nuestros pensamientos. Si en verdad le
estamos agradando, nuestras palabras serán coherentes con nuestro corazón y
nuestras acciones. El Espíritu Santo se encargará de mostrarnos si algo de
nuestra conducta va mal y de llevarnos por el camino recto (v. 24). De este modo gozaremos de su presencia real para siempre.
Amado Señor: Gracias
por las enseñanzas dadas en este Salmo y la convicción de que tu presencia es
real desde siempre y para siempre. Guíanos por la senda que te agrada y no
permitas que nos desviemos de ella. Gracias porque aun si nos encontramos con
los que no te conocen y difaman tu Nombre, ahí estás en medio nuestro para que
encendamos tu luz y brillemos en la oscuridad. ¡Eres un Dios lleno de
misericordia y de amor! ¡Bendito eres Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
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