lunes, 30 de enero de 2012

Hay un nuevo amanecer

Aunque el Señor te de pan de adversidad y agua de aflicción, tu maestro no se esconderá más; con tus propios ojos lo verás.
Isaías 30:20.

Lectura diaria: Isaías 30:19-26. Versículo principal: Isaías 30:20.

REFLEXIÓN

Durante nuestro caminar diario nos encontramos con situaciones que nos afligen y hacen perder la paz. Muchas veces no entendemos los designios de Dios, máxime cuando vemos que todo está marchando sobre ruedas y de pronto ¡zas! El golpe acecha. Entonces retrocedemos, miramos, analizamos y nos damos cuenta que íbamos por el camino equivocado: “Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: "Éste es el camino, síguelo” (v. 21).
Quizá el pan de adversidad y el agua de aflicción que nos llegan son con el propósito de culminar el plan Dios en nuestras vidas. El Gran Hacedor, el Alfarero, tiene que ir puliendo poco a poco su vasija, solo con el deseo de ver su labor en el nuevo amanecer más perfeccionada y poderla mostrar al mundo como su obra majestuosa. “Porque sólo un instante dura su enojo, pero toda una vida su bondad. Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría” (Sal. 30:5). Podemos estar confundidos y no saber para dónde vamos, pero al final, el Señor nos afirmará en elevado baluarte (Sal. 30:7). El Señor nos pondrá en el nuevo amanecer por cabeza y no por cola. Estaremos en la cima y no en el fondo (Dt. 28:13).
Como reflexión, aceptemos las pruebas que nos lleguen entendiendo que están involucradas en la voluntad de Dios porque ésta siempre es: buena, agradable y perfecta; teniendo esto en cuenta brillaremos en el nuevo día como el oro y la plata y seremos codiciados por los que nos rodean.

Amado Señor: Gracias porque solamente en tu santa voluntad están puestos nuestros planes; así estén llenos de angustias y tristezas, nos darás un nuevo amanecer por tu inmensa bondad.

Un abrazo y bendiciones.

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