domingo, 15 de enero de 2012

Mi andar diario refleja mi cristianismo

Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me adoran; sus enseñanzas no son más que reglas humanas.
Mateo 15:8-9.

Lectura diaria: Mateo 15:1-20. Versículos principales: Mateo 15:8-9.

REFLEXIÓN

No podemos dejar que el cristianismo se convierta en una religión más y resultemos de igual manera que el pueblo judío haciendo solo rituales, demostrando una rectitud y devoción falsas. El cristianismo es un modo de vida diario donde debemos acercarnos a Dios con corazón puro, libre de malicia, hablando siempre con la verdad y actuando en justicia con amor y misericordia (Sal. 15:2-5). Recordemos que las palabras bonitas se las lleva el viento; queda lo que sinceramente sale del corazón. Por eso, el Señor nos manda a cuidarlo como al mejor tesoro; de él depende la vida (Pr. 4:23), porque en la lengua hay poder de vida y muerte, de acuerdo a lo que hablemos (Pr. 18:21). Y las palabras fluyen de acuerdo a lo que hay en nuestro corazón, “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios y las calumnias” (v. 19 en la lectura), como también la bondad, la compasión, la misericordia, la fidelidad y el amor; fruto del Espíritu Santo (Gál. 5:22-23).
Como reflexión, acerquémonos cada día al Señor con mente renovada, ofreciendo nuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios en adoración espiritual (Ro. 12:2), para no permitir que nuestro cristianismo se vuelva rutinario y sin sentido, dirigido solo por leyes humanas que nos desvían de la verdad.

Señor Jesús: Regálanos hoy la pildorita del conocimiento y sabiduría tuyas, para encauzar nuestra adoración hacia ti de manera franca y espontánea con una vida ejemplar como es tu deseo.

Un abrazo y bendiciones.

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