sábado, 14 de enero de 2012

Caminar sin dudar

Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: –¡Señor, sálvame!
Mateo 14:30.

Lectura diaria: Mateo 14: 22-36. Versículo principal: Mateo 14:30.

REFLEXIÓN

Pedro, el discípulo líder quiso seguirle sobre el agua cuando el Señor le dijo: “Ven” (v. 29) y en un comienzo lo logró. “Pero al sentir el viento fuerte tuvo miedo y comenzó a hundirse”.
Exactamente es lo que nos sucede: el Señor nos llama, le conocemos, le seguimos y cuando llegan los vientos fuertes, las tempestades, las dificultades, comenzamos a hundirnos. Cuando vemos que el agua ya llega al cuello, nos acordamos que tenemos a un Dios Todopoderoso, que extiende su mano y sujetándonos también nos reprende: “–¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” (v. 31). Se nos olvida con frecuencia que el Señor es también el Señor del universo, el dueño absoluto de todo cuanto existe y que para Él no hay imposibles. Se nos olvida que hemos puesto en sus manos todas las áreas de nuestra vida y sabe perfectamente por dónde dirigirnos.
Como reflexión, propongámonos a permitir que nuestra fe funcione. No importa que esta sea pequeña. El Señor solo quiere ver al menos, la disposición y Él se encargará del resto. “Si ustedes tuvieran una fe tan pequeña como un grano de mostaza –les respondió el Señor–, podrían decirle a este árbol: “Desarráigate y plántate en el mar”, y les obedecería” (Lc. 17:6). Cuando andamos por fe, estamos permitiéndole al Señor obrar libremente en nuestras vidas y podemos ser espectadores directos de su poder y gloria.

Señor: Enséñanos a ser sensibles a tu voz y caminar sin dudar, para que podamos ver tu perfección y adorarte por la grandeza con la que a diario nos sorprendes.

Un abrazo y bendiciones.

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