lunes, 9 de enero de 2012

La misericordia del Señor

Pero vayan y aprendan lo que significa: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios”. Porque no he venido a llamar a justos sino a pecadores.
Mateo 9:13.

Lectura diaria: Mateo 9:9-13. Versículo principal: Mateo 9:13.

REFLEXIÓN

Definitivamente, aún los cristianos nos creemos como si fuéramos otra clase de especie o no valoramos en sí, lo que fue el sacrificio del Señor por nosotros. Todavía nos cuesta entender que dentro del plan de salvación estamos incluidos todos, absolutamente todos así se llamen guerrilleros, paramilitares, asesinos despiadados, prostitutas, lesbianas, homosexuales masculinos, etc. Ante los ojos de Dios todos somos iguales de pecadores; para Él no existen más graves ni débiles. Lo que le importa es que el hombre se arrepienta y llegue a sus píes con un corazón contrito y humillado. Si creemos que el cielo va a estar lleno de justos, estamos equivocados; estará repleto de pecadores arrepentidos, justificados con la sangre del Cordero.
Viéndolo desde la perspectiva de Dios, ¿por qué nosotros seguimos tildando y levantando el dedo acusador ante una persona que ha querido cambiar sus armas por la democracia e incluso otros que dentro de su nueva armadura ahora tienen la Palabra de Dios? ¿Por qué no entendemos que la bendita misericordia de Dios también les pertenece? Y si esto es para Dios, ¿Quiénes somos nosotros para ir en contra de ella? Con razón el Señor mismo nos manda a aprender el significado de “misericordia”. ¿Qué importan los sacrificios si no se tiene este importante don? Porque en últimas la misericordia es la extensión del amor llevado a la práctica. Los cristianos debemos ser los primeros en cambiar esta actitud para dar ejemplo a los demás.

Señor: Regálanos una pildorita del amor tuyo reflejado en tu infinita misericordia, de manera que podamos prodigarla a otros de manera incondicional como tu lo haces.

Un abrazo y bendiciones.

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