miércoles, 18 de enero de 2012

Nuestro Dios de imposibles

¿Acaso hay algo imposible para Dios? El año que viene volveré a visitarte en esta fecha, y para entonces Sara habrá tenido un hijo.
Génesis 18:14.

Lectura diaria: Génesis 18:1-15. Versículo principal: Génesis 18:14.

REFLEXIÓN

Cuando nuestra naturaleza carnal empieza a actuar, creemos que si nosotros no podemos con un problema, Dios tampoco podrá. ¡Cuán equivocados estamos! La lectura del día nos demuestra que cuando el mundo dice: “no”, Dios dice: “sí”. Abraham era ya de edad avanzada y a Sara se le había retirado la menstruación. Las esperanzas de tener un hijo para ellos ya no existían; Abraham creía que la promesa de ser padre de multitudes vendría a través de su hijo Ismael, el que había tenido con Agar, la criada de Sara. Sin embargo el Señor le aclara a Abraham: “¡Pero es Sara, tu esposa, la que te dará un hijo, al que llamarás Isaac!” (Gén. 17:19). Cuando Sara lo supo, también se rió: “¿Por qué se ríe Sara? ¿No cree que podrá tener un hijo en la vejez?” (v. 13 en la lectura). Y tal como el Señor lo prometió, sucedió. “El camino de Dios es perfecto, la palabra del Señor es intachable. Escudo es Dios a los que en él se refugian” (Sal. 18:30). Busquémosle sinceramente y Él nos otorgará los anhelos del corazón.
El Señor está presto a darnos pildoritas de sus promesas todos los días; necesitamos creer que Él es el Dios de los imposibles y desde ya, darle gracias porque: que se cumplen, se cumplen.

Señor Jesús: muchas gracias por darnos tus ricas palabras de bendición; desde ahora las recibimos y proclamamos que vendrán como tú lo dices. Amén.

Un abrazo y bendiciones.

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