¿Hasta cuándo, muchachos inexpertos, seguirán aferrados a su inexperiencia? ¿Hasta cuándo, ustedes los insolentes, se complacerán en su insolencia? ¿Hasta cuándo, ustedes los necios, aborrecerán el conocimiento?Proverbios 1:22.
Lectura: Proverbios
1:1-33. Versículo del día: Proverbios 1:22.
MEDITACIÓN DIARIA
Este primer capítulo de
Proverbios es un llamado a buscar el temor del Señor a través de la sabiduría divina
(v. 7). No es un temor de miedo, de
turbación o desasosiego; es un temor reverente, de honra y de exaltación a
Dios. Es claro que sin este temor, el hombre será presa fácil del enemigo y se dejará llevar por
los malos consejos de los pecadores que lo incitarán a cometer maldades. Por
eso Salomón hace un llamado para que los hijos tengan en cuenta las correcciones
y enseñanzas de los padres (vv. 8-9), y les advierte sobre el engaño del que
pueden ser objeto: “¡Pero no te dejes llevar por ellos, hijo mío! ¡Apártate de
sus senderos! Pues corren presurosos a hacer lo malo; ¡tienen prisa por
derramar sangre!” (vv. 15-16). ¡Buena lección ahora que el mundo grita que no podemos
corregir ni enseñar a nuestros hijos! ¿Y qué estamos viendo? Exactamente la
abundancia de crueldad.
Cuando conocemos al
Señor y nos rendimos a Él, tenemos en el bolsillo la carta necesaria para
sacarla a relucir cuando Satanás acecha; pero si lo ignoramos o estamos
alejados: “me llamarán, pero no les responderé; me buscarán, pero no me
encontrarán. Por cuanto aborrecieron el conocimiento y no quisieron temer al
Señor” (vv. 28.29). La reflexión es para todo aquel que se cree sabio en su
propia opinión y desecha la sabiduría de Dios: ¿Hasta cuándo seguirán aferrados
a su inexperiencia? ¿Hasta cuándo se complacerán de su insolencia? ¿Hasta
cuándo aborrecerán el conocimiento? También nosotros diciéndonos cristianos nos
cuesta obedecer, porque tal vez no honramos al Señor como debiera ser. ¿Queremos
vivir tranquilos y sin temor del mal? Entonces reverenciémosle con nuestra
obediencia como a Él le agrada.
Amado Señor: Deseamos
llenarnos de tu Palabra, de tu sabiduría, de Ti mismo para entender lo que
significas, y complacerte haciendo tu voluntad. Nos rendimos ante tu presencia
para pedirte que nos enseñes a obedecerte, y así conducirnos por el camino del
sosiego y de la paz que quieres darnos. Gracias buen Señor.
Un abrazo y
bendiciones.
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